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Casa Blanca (San Ángel) para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Casa de los condes del Valle de Oploca
Casa Blanca
Monumento histórico
Entada principal de la Casa Blanca en San Ángel.JPG
Imagen del portón principal de la casa
Ubicación
País MéxicoFlag of Mexico.svg México
División Coat of arms of Mexico City, Mexico.svg Ciudad de México
Subdivisión San Ángel
Municipio Escudo Delegacional ALVARO OBREGON.svg Alcaldía Álvaro Obregón
Historia
Construcción Siglo XVII
Eventos Utilizada como cuartel durante la Intervención estadounidense en México
Información general
Estado Buen estado de conservación
Propietario Particulares
Acceso público Restringido
Protección
Declaración Monumento histórico INAH México
ID I-0013300174

La Casa Blanca es un edificio histórico ubicado en el número 43 de la calle Hidalgo, en la Ciudad de México. Fue construida a mediados del siglo XVII, lo que la convierte en una de las construcciones privadas más antiguas de San Ángel.

Esta casa es tan importante que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) la ha declarado monumento histórico. Antiguamente, entre los siglos XVII y XVIII, la Casa Blanca era conocida como "La Casa de los Niños de China". Esto se debía a que funcionaba como una fundación que ayudaba a proteger y educar a niños de Filipinas.

La Casa Blanca fue propiedad de los condes de Oploca. Aún hoy se puede ver en su fachada el escudo de armas de esta familia, aunque un poco desgastado por el tiempo. Este escudo se salvó de ser destruido gracias a un decreto de 1826.

Archivo:Extensión de la Casa Blanca de San Ángel, tomada desde la calle de Hidalgo, en la que se aprecia el fin y principio de dicha casa
Extensión de la Casa Blanca de San Ángel, tomada desde la calle de Hidalgo, en la que se aprecia el fin y principio de dicha casa

Historia de la Casa Blanca

¿Cuándo se construyó la Casa Blanca?

La Casa Blanca fue construida a mediados del siglo XVII. Es una de las edificaciones privadas más antiguas que aún se conservan en la zona de San Ángel.

¿Cómo se usó la Casa Blanca en el pasado?

Durante la Intervención estadounidense en México en 1847, esta casa fue utilizada como cuartel por las tropas de Estados Unidos. Después de este evento, la propiedad pasó a ser de José María del Villar y Bocanegra. Él ofreció la casa a Maximiliano de Habsburgo en 1863, durante la Segunda intervención francesa en México.

¿Cómo es la Casa Blanca por dentro?

La casa es muy grande y espaciosa, como muchas de las construcciones de esa época. Tiene habitaciones amplias y en algún momento tuvo un elegante chalet. El jardín de la casa era, después del jardín del convento, el más grande de la zona. Todavía hoy conserva una gran extensión de terreno.

¿Quién restauró la Casa Blanca?

En el año 2010, la Casa Blanca fue comprada por nuevos dueños. Ellos decidieron restaurarla para conservar su belleza e historia. Con el permiso del INAH, el equipo de Gómez Palacio Arquitectos se encargó de la restauración. Contaron con la ayuda del restaurador Francisco Pérez Salazar. Durante el proceso, lograron conservar casi el 95% de los muros originales y recuperaron las vigas del techo.

La leyenda de Doña Guiomar

Archivo:Placa de descripción de la Casa Blanca en San Ángel
Placa de descripción de la Casa Blanca en San Ángel
Archivo:Ventana de la Casa Blanca en San Ángel
Una de las ventanas de la Casa Blanca, se encuentra de lado izquierdo de la entrada principal de la casa, en esta ventana es en donde se supone que Doña Guiomar murió esperando a su amado

La antigüedad y el aspecto de la Casa Blanca han inspirado varias leyendas. Una de ellas está relacionada con una de sus ventanas. Se cuenta que en ciertas noches de luna, se escucha un golpe seco en uno de los barrotes de la reja de hierro.

Entre los vecinos más antiguos de San Ángel, se cuenta la siguiente historia:

Hace muchísimos años, en el tranquilo pueblo, la gente se detenía a ver a un valiente caballero. Él cabalgaba en un caballo fuerte y elegante por las calles, haciendo sonar su espada al chocar con sus espuelas.

Un día, el caballero se detuvo cerca de la Casa Blanca. Ató su caballo y se acercó a una de las ventanas. Una figura se asomó y preguntó: — ¿Sois vos, don Lope?

— Soy yo, doña Guiomar. Vengo a despedirme, hoy mismo parto a la guerra, pero siempre te llevaré en mi corazón.

— Me olvidaréis, don Lope. Quizás en vuestras aventuras, vuestro corazón se enamore de otra persona y me roben vuestro amor.

— No, doña Guiomar, jamás te olvidaré. Mi deber como caballero me llama a ir donde mi espada es necesaria para conquistar nuevas tierras. Pero juro que mi amor por ti siempre será puro. Tan pronto como pueda, volveré para que nunca nos separemos.

— Id, don Lope, que vuestro honor y deber os llaman. Os quiero valiente y os considero un caballero ejemplar. Sois digno de vuestra familia. Si no fuerais así, no os amaría tanto. Id, que llorando os espero. Os lleváis mi corazón y mi alma. Aquí os guardo. Por las noches, miraré este rayo de luna que nos ilumina y con él os enviaré mis recuerdos. Siempre a estas horas os esperaré y confío en que, como caballero, cumpliréis vuestros juramentos. Pero si no cumplís, lo cual no quiero creer, aquí también os espero, para que Dios os pida cuentas por vuestra promesa rota.

Esa noche, la luna fue testigo del juramento de amor de ambos.

Al amanecer, don Lope se dirigía por el camino de Acapulco para embarcarse hacia Perú. En la cima del Ajusco, se detuvo un momento para contemplar el valle de México y ver la casa donde vivía su amada. Luego, continuó su camino.

Don Lope estuvo en Perú, sirviendo al rey por varios años. Con el tiempo, se olvidó de su promesa a doña Guiomar y se enamoró de otras damas. Continuó su vida en otros lugares. Después de mucho tiempo, cuando su amor por Guiomar ya se había desvanecido, el rey le ordenó regresar a México para resolver algunos asuntos importantes.

Al volver a México y pasar por las calles que ya conocía, don Lope recordó a doña Guiomar. Decidió ir a ver la casa donde ella vivía, solo para recordar el pasado. Para entonces, doña Guiomar ya había fallecido. Ella había sido fiel a su palabra y cada noche esperaba a su amor en la ventana. En las noches de luna llena, le enviaba su amor a través de los rayos de luz, esperando un amor que ya no le correspondía. Murió en la ventana una noche de luna llena.

Cuando don Lope llegó a la casa, vio en la ventana la figura de doña Guiomar. Se arrodilló junto a la reja, arrepentido por no haber cumplido su promesa. Entonces, se escuchó una voz que parecía venir de la luz de la luna:

— ¿Sois vos, don Lope? Hace muchos años que os esperaba.

Don Lope quedó muy sorprendido; no podía decir ni una palabra. No se atrevió a levantar la cara.

— ¿Qué os pasa, don Lope? ¿Por qué no me dais la mano? ¿Acaso habéis traicionado vuestros juramentos y os remuerde la conciencia?

Don Lope no podía levantar el rostro y quiso disculparse.

— Mirad, don Lope, el rayo de luna con quien os enviaba mis recuerdos; mientras vos me traicionabais y os olvidabais de mí.

Cuando don Lope levantó el rostro para ver la luz de la luna, vio la dulce cara de doña Guiomar transformarse en una figura esquelética. Vio cómo su apariencia cambiaba y sus ojos desaparecían.

A la mañana siguiente, los vecinos encontraron el cuerpo de un elegante caballero junto a la reja.

Se dice que en las noches de luna nueva, se escucha un golpeteo en la reja. Se cree que la reja quedó encantada y que este sonido recuerda la falta de don Lope.

El escudo de la Casa Blanca

El escudo de la Casa Blanca tiene tres flores. En San Ángel y Chimalistac, se han cultivado muchísimas flores a lo largo de la historia. Esto es algo muy característico de la región, y se puede ver en el Mercado de Flores de San Ángel y en la venta de flores en su tianguis.

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Casa Blanca (San Ángel) para Niños. Enciclopedia Kiddle.