La inscripción en esta lista es la primera etapa para cualquier futura candidatura. Omán, cuya lista indicativa fue revisada por última vez el 24 de septiembre de 2014, ha presentado los siguientes sitios:
Los sitios que siguen estuvieron anteriormente en la lista Indicativa, pero fueron retirados o rechazados por la UNESCO. Los sitios que aún se incluyen en otras entradas en la lista Indicativa o que fueron aceptados y son parte de sitios del Patrimonio Mundial no se incluyen aquí.
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Al-Bar’ah, música y danza de los valles dhofaríes de Omán |
Bien inmaterial inscrito en 2010. |
El bar’ah es un arte musical tradicional de los beduinos que viven en las montañas de la región de Dhofar, situada al sur de Omán. Este arte reviste la forma de una danza guerrera ejecutada al son del tambor y de poesías cantadas en el dialecto de las tribus locales. El bar’ah lo interpreta un grupo de diez a treinta hombres y mujeres colocados en semicírculo. Cantando y batiendo palmas, dos hombres armados con puñales llamados khanjars, ejecutan pasos de danza rituales blandiéndolos por encima del hombro. Aunque esos pasos no son complicados, su coordinación con los intérpretes de los cantos y la música exige una habilidad considerable. Cada tribu posee un estilo propio de bar’ah, que se diferencia de los demás por el ritmo de los instrumentos de percusión y por la forma de los pasos de danza. El acompañamiento musical se efectúa con tres tipos de tambores denominados al-kasir, al-rahmâni y ad-daff y con una flauta llamada al-qassaba. La danza se baila al aire libre con motivo de la celebración de casamientos, circuncisiones y fiestas religiosas. Al igual de lo que ocurre con las demás danzas de los beduinos, durante su ejecución se borra toda distinción de clase social o de otro tipo, ya que los jefes de las tribus y los miembros más humildes de éstas bailan juntos. Además de simbolizar la caballerosidad, la fuerza, la intrepidez, la generosidad y la hospitalidad características de los beduinos, la danza se inspira también en temas poéticos de amor y seducción. Este arte tradicional cuenta en Dhofar con numerosos adeptos que contribuyen al mantenimiento y transmisión de su variada temática poética y de su práctica. (UNESCO/BPI)
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Al ‘azi: elegía, marcha procesional y poesía |
Bien inmaterial inscrito en 2012. |
Practicado en las regiones meridionales del sultanato de Omán, el género poético cantado que se denomina al ‘azi constituye una de las expresiones principales de la identidad cultural y musical omaní. Esta expresión reviste la forma de un certamen poético salpicado de movimientos de espadas y pasos, y también de intercambios poéticos entre un poeta cantor y un coro. En este evento puede participar un gran número de vecinos de una aldea o miembros de una tribu, guiados por un poeta que recita composiciones improvisadas y memorizadas en árabe. Los intérpretes deben permanecer atentos a su relato y sus movimientos para responder con movimientos y réplicas adecuados. Los poemas expresan el orgullo de pertenencia a la comunidad y pueden hacer el panegírico de la tribu y de personajes importantes, o ensalzar determinados momentos históricos. Este elemento del patrimonio cultural no sólo enriquece el acervo cultural e intelectual de la comunidad gracias a la reinvención creativa de los poemas, sino que además desempeña un papel importante en la conservación de la memoria oral de sus miembros. También promueve la unidad y la comunicación entre los miembros de la sociedad y pone de relieve la necesidad de superar los desacuerdos que surjan entre ellos. El género poético al ‘azi se representa en todos los eventos nacionales e importantes porque constituye una fuente de orgullo para la sociedad y un emblema de su unidad y pujanza. Actualmente hay más de un centenar de conjuntos que lo practican. (UNESCO/BPI)
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Al-Taghrooda: poesía cantada tradicional de los beduinos de los Emiratos Árabes Unidos y del Sultanato de Omán |
Bien inmaterial inscrito en 2012. |
Este elemento es compartido con Emiratos Árabes Unidos Emiratos Árabes Unidos |
La poesía cantada tradicional de los beduinos –que recibe el nombre de al-taghrooda– es una composición recitada por los hombres que viajan a lomos de camello por las zonas desérticas de los Emiratos Árabes Unidos y Omán. Los beduinos estiman que esa poesía cantada ofrece una distracción a los jinetes y estimula a los animales para galopar al compás de ella. Los poemas son cortos –de siete versos o menos– y se improvisan y recitan repetidamente, con frecuencia a modo de una antífona, entre dos grupos de camelleros. En general, el cantor principal recita el primer verso y el segundo grupo le responde. Este arte poético se practica también en los campamentos, en torno a una hoguera, y en las bodas y otras festividades tribales y nacionales, especialmente con motivo de la celebración de carreras de camellos. Asimismo, algunas mujeres beduinas componen y recitan poemas cuando realizan faenas colectivas. El aspecto más importante de este elemento es el vínculo social que se establece entre los ejecutantes durante el intercambio oral de los versos. La temática de los poemas cantados comprende mensajes destinados a seres queridos, parientes, amigos y jefes tribales. Esta práctica cultural es también un medio para que los poetas comenten cuestiones de interés social. Cumple además otras funciones: resolver conflictos entre personas o tribus, poner de relieve logros históricos y abordar temas de actualidad, por ejemplo buenas prácticas de conducta y cuestiones relacionadas con la salud. También ofrece al público una oportunidad para conocer el pasado histórico de su comunidad y tener una visión de su modo de vida tradicional. El arte de componer y recitar los poemas se transmite por conducto de las familias y de los ancianos de la comunidad. (UNESCO/BPI)
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Al-ayyala, arte escénico tradicional del Sultanato de Omán y los Emiratos Árabes Unidos |
Bien inmaterial inscrito en 2014. |
Este elemento es compartido con Emiratos Árabes Unidos Emiratos Árabes Unidos |
“Al-ayyala” es una práctica cultural, expresiva y popular, del noroeste Omán y del conjunto de los Emiratos Árabes Unidos. En esta práctica en la que la que se dan cita la danza, la poesía cantada y la música de tambores, se simula una batalla. Dos grupos de unos veinte hombres alineados en dos filas se afrontan agarrando en sus manos finas cañas de bambú que simbolizan lanzas o espadas. Entre las filas se colocan músicos que tocan tambores de muy diversos tamaños, así como címbalos de latón. Los hombres entonan cantos poéticos moviendo la cabeza y blandiendo sus cañas de bambú al compás de los tambores, mientras que otros se desplazan alrededor de las filas blandiendo espadas y fusiles que lanzan al aire de vez en cuando para atraparlos cuando caen. En los Emiratos Árabes Unidos, también participan jovencitas, ataviadas con indumentarias tradicionales, que ocupan el proscenio, imprimiendo a sus cabelleras un movimiento de vaivén. La melodía tocada comprende siete sonoridades que se repiten de forma irregular y la poesía cantada varía en función de las circunstancias. “Al-ayyala” se practica con motivo de la celebración de matrimonios y de otros tipos de festividades en el Sultanato de Omán y los Emiratos Árabes Unidos. Las personas que practican este elemento del patrimonio cultural son de edades y orígenes muy diversos. Suelen ser los jefes los que heredan las diferentes funciones y los que se encargan de formar a las demás personas que practican el elemento. “Al-ayyala” agrupa a gente de toda edad, sexo y condición social. (UNESCO/BPI)
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El majlis, un espacio cultural y social |
Bien inmaterial inscrito en 2015. |
Este elemento es compartido con Catar Catar, Arabia Saudita Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos Emiratos Árabes Unidos |
El majlis –que literalmente significa “lugar para sentarse”– es un sitio en el que se reúnen los miembros de las comunidades para discutir eventos y temas locales, intercambiar noticias, recibir invitados, entablar amistades y divertirse. Suele ser un vasto lugar de reunión comunitario, cubierto de alfombras y con cojines adosados a las paredes, donde se resuelven problemas, se presentan pésames y se celebran bodas. También suele tener un hornillo o cocina para preparar café u otras bebidas calientes. El majlis tiene sus puertas abiertas a todos y pueden acudir a él las familias, tribus y vecinos del mismo barrio, o incluso de otros barrios distantes. Se considera que los verdaderos depositarios de este elemento del patrimonio cultural inmaterial son las personas de más edad de la comunidad, especialmente los que poseen amplios conocimientos sobre la naturaleza, la genealogía y la historia tribal. Los jueces y jeques religiosos son personalidades de particular importancia en el majlis porque arbitran litigios y esclarecen las cuestiones relacionadas con los derechos y obligaciones de índole política, social y religiosa. Las mujeres tienen sus propios majlis, aunque hay mujeres importantes que acuden a otros que no están reservados a un público exclusivamente femenino y que tienen un carácter más intelectual y literario. Los majlis desempeñan un papel prominente en la transmisión del patrimonio cultural oral: cuentos, canciones populares, poemas nabateos, etc. Al estar abiertos estos espacios culturales y sociales a todos los grupos de edad, los conocimientos se transmiten principalmente de manera informal a los niños, cuando éstos acompañan a miembros adultos de la comunidad en sus visitas a los majlis. Los jóvenes, por su parte, adquieren los valores y la ética de la comunidad y aprenden a escuchar, dialogar y respetar las opiniones ajenas, observando el comportamiento de sus mayores en los majlis. (UNESCO/BPI)
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El café árabe, un símbolo de generosidad |
Bien inmaterial inscrito en 2015. |
Este elemento es compartido con Catar Catar, Arabia Saudita Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos Emiratos Árabes Unidos |
Servir un café árabe es un elemento importante de la hospitalidad en las sociedades arábigas y se considera un acto ritual de generosidad. El café se prepara tradicionalmente en presencia de los invitados. Los preparativos comienzan con la selección de los granos, que se tuestan ligeramente en una sartén plana antes de triturarlos en un mortero de cobre con un mazo del mismo metal. Luego se ponen los granos así molidos en una gran cafetera –también de cobre– que se llena de agua y se pone al fuego. Cuando la infusión está lista, se echa en una cafetera de dimensiones más reducidas y se sirve a los invitados en tazas pequeñas. El primer servido es el invitado más importante, o el más anciano. Las tazas de los invitados sólo se llenan hasta un cuarto de su capacidad, y así se puede volver a servir café varias veces más. La costumbre exige que cada invitado beba una taza por lo menos, pero no más de tres. El café árabe lo preparan hombres y mujeres de toda condición social, especialmente en el hogar familiar. Se considera que los principales depositarios de esta práctica cultural son los jeques y jefes tribales que sirven café en los sitios donde se reúnen, los hombres y mujeres de mayor edad de la comunidad beduina y los propietarios de negocios de café. La transmisión de los conocimientos y usos tradicionales vinculados al café árabe se efectúa en el seno de las familias, mediante la observación y la práctica. Los jóvenes acompañan a los mayores de sus familias al mercado para aprender a seleccionar los mejores granos. (UNESCO/BPI)
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Al-Razfa, arte escénico tradicional |
Bien inmaterial inscrito en 2015. |
Este elemento es compartido con Emiratos Árabes Unidos Emiratos Árabes Unidos |
El razfa es un arte escénico popular practicado en los Emiratos Árabes Unidos y en el Sultanato de Omán por hombres de todas las edades y clases sociales, con motivo de la celebración de eventos sociales como bodas y fiestas nacionales. Los intérpretes forman dos filas situadas frente a frente, dejando entre ellas un espacio que ocupan los bailarines. Conducidos por un maestro cantor, los intérpretes forman dos coros que cantan a modo de antífona al son de tambores y otros instrumentos musicales. Muchos de los cantos retoman versos de poemas tradicionales nabateos, cuidadosamente escogidos para el evento de que se trate. Los bailarines danzan al compás de la música enarbolando réplicas en madera de fusiles. En algunas representaciones actúan muchachas jóvenes que hacen oscilar sus cabelleras al son de la música. En sus orígenes este espectáculo era la celebración colectiva de una victoria, pero hoy en día ha llegado a ser una forma de diversión muy popular. Las personas que practican este arte escénico han adaptado los instrumentos musicales y han compuesto melodías susceptibles de interesar al público más joven, pero han mantenido las expresiones ancestrales y las tradiciones orales del espectáculo. Todo el mundo puede participar en él, desde los jefes de Estado hasta los ancianos y niños pequeños. En nuestros días se transmite directamente en el seno de las familias, mediante la observación y la participación activa en los eventos sociales en los que se representa. Los intérpretes individuales aprenden sus papeles mediante la práctica y las muchachas son aleccionadas por sus madres y hermanas mayores. (UNESCO/BPI)
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