Acueducto de Matanzas para niños
El Acueducto de Matanzas, también conocido como "Acueducto de Burriel", fue una obra muy importante para la ciudad de Matanzas, en Cuba. Se terminó de construir el 2 de junio de 1872 y fue el primer sistema de este tipo en la región, diseñado para llevar agua potable a sus habitantes.
El Acueducto de Matanzas: Un Legado de Agua
Este acueducto es un ejemplo de ingeniería histórica que ha servido a la comunidad por más de un siglo. Su construcción fue un gran paso para asegurar el suministro de agua en Matanzas, una necesidad básica para el desarrollo de cualquier ciudad.
¿Cómo se Construyó el Acueducto de Matanzas?
La idea de construir un acueducto en Matanzas surgió mucho antes de su finalización. En 1845, Manuel del Portillo propuso usar las aguas del río San Agustín, pero su intento no tuvo éxito. Otros ingenieros, como Francis Albear y Lara, también lo intentaron sin lograrlo. En 1860, Juan F. Sánchez y Bárcena lo intentó, pero le faltó el dinero necesario.
Finalmente, en 1871, la empresa "Heydrich & Cía" de La Habana, liderada por el ingeniero Fernando Heydrich Klein, logró construir el acueducto. Heydrich obtuvo los permisos necesarios del general Arsenio Martínez Campos y de la reina Isabel II de España. La empresa tuvo el derecho de usar y administrar el acueducto hasta el año 1912.
La Importancia del Acueducto para Matanzas
La construcción del acueducto fue una obra crucial para el abastecimiento de agua potable en la región. El agua se traía desde los Manantiales de Bello y Benavides. Se planeó que el acueducto pudiera llevar cincuenta litros de agua por segundo desde estos manantiales para abastecer a Matanzas.
Hoy en día, el Acueducto de Matanzas sigue siendo una fuente de agua para la ciudad. Ha sido declarado monumento nacional, reconociendo su valor histórico y su importancia continua para la comunidad.