Tutela para niños
La tutela es una figura legal muy importante que busca proteger a las personas que no pueden cuidarse por sí mismas. Imagina que es como un apoyo especial que se le da a alguien que lo necesita.
Esta protección se aplica principalmente a:
- Niños y jóvenes que aún no son mayores de edad y que no tienen a sus padres o tutores legales para cuidarlos.
- Personas que, por alguna razón, no pueden tomar decisiones por sí mismas.
El objetivo principal de la tutela es asegurar que estas personas reciban el cuidado necesario, tanto en su vida diaria como en la administración de sus bienes (como dinero o propiedades).
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Contenido
¿Cuándo se necesita una tutela?
Una tutela es necesaria cuando un niño o joven no emancipado (es decir, que no es legalmente independiente) no está bajo la patria potestad. La patria potestad es el conjunto de derechos y deberes que los padres tienen sobre sus hijos.
Esto puede ocurrir en varias situaciones:
- Si los padres han fallecido o han sido declarados legalmente fallecidos.
- Si los padres han perdido la patria potestad por alguna razón legal.
- Si un niño o joven ha sido declarado en situación de desamparo. Esto significa que no está recibiendo la atención y el cuidado adecuados que necesita. En España, esta situación se conoce como "tutela automática" y está regulada por la ley.
Tipos de tutela
Existen diferentes maneras en que se puede establecer una tutela, dependiendo de cómo se designa al tutor:
- Tutela testamentaria: Es cuando una persona con derecho a hacerlo nombra a un tutor en su testamento.
- Tutela dativa: Se designa a través de una decisión de un consejo de familia o de un juez.
- Tutela legal o legítima: Se establece por lo que dice la ley, sin necesidad de un testamento o una decisión judicial específica.
También puede haber diferentes formas de organizar la tutela:
- Tutela de familia: La responsabilidad de cuidar al niño o joven recae en un miembro de su propia familia.
- Tutela de autoridad: El tutor está bajo la supervisión y el control de una autoridad pública, como un organismo del gobierno.
- Tutela compartida: En algunos lugares, se permite que dos o más personas compartan la responsabilidad de la tutela. Por ejemplo, una persona podría encargarse del cuidado diario del niño y otra de administrar sus bienes.
¿Quién puede ser tutor?
Un tutor, también llamado tutor legal, es la persona o entidad que representa al niño o a la persona que necesita protección. Su función es cuidar de ellos y administrar sus bienes.
Para ser tutor, una persona debe ser mayor de edad y tener plena capacidad para ejercer sus derechos. Sin embargo, hay ciertas situaciones que impiden que alguien sea tutor:
- Personas que han perdido la patria potestad de sus propios hijos.
- Aquellos que ya han sido retirados de una función de tutela anteriormente.
- Personas que están cumpliendo una condena en prisión.
- Quienes tienen problemas de intereses con la persona a la que tutelarían.
- Aquellos que son enemigos declarados de la persona a tutelar.
- Personas que los padres del niño han excluido específicamente en un documento legal.
- Quienes, por su edad, enfermedad o cualquier otra razón, no pueden ejercer la tutela de forma efectiva.
¿Cómo termina una tutela?
La tutela no es para siempre. Hay varias formas en que puede finalizar:
- Cuando el niño o joven alcanza la mayoría de edad (generalmente los 18 años).
- Si el niño o joven es adoptado por una nueva familia.
- Si los padres recuperan la patria potestad.
- Si un juez decide que la razón por la que se estableció la tutela ya no existe.
- Por el fallecimiento de la persona tutelada.
Cuando una tutela termina, el tutor debe presentar un informe detallado a la autoridad judicial sobre cómo administró los bienes de la persona tutelada. Esto asegura que todo se hizo correctamente.
Véase también
- Curatela
- Defensor judicial