Tomàs Puig para niños

Tomàs Puig (nacido en Figueras en 1771 y fallecido en la misma ciudad en 1835) fue un político español de principios del siglo XIX. Se le conoce por haber apoyado la idea de que Cataluña se uniera al Imperio francés en esa época. Por esto, se le considera una persona importante en el desarrollo de las ideas que buscaban destacar la identidad de Cataluña.

Tomàs Puig colaboró mucho con el gobierno francés durante el tiempo en que las tropas de Napoleón estuvieron en Cataluña. Se cree que sus ideas influyeron en la forma en que el mariscal Augereau, un líder francés, manejó la región, mostrando una política que favorecía a los catalanes. El historiador Josep Fontana lo describió como un "afrancesado de convicción", es decir, alguien que realmente creía en las ideas y el sistema francés.

¿Quién fue Tomàs Puig?

Tomàs Puig nació en una familia con muchas tierras en la región del Ampurdán. Estudió filosofía y leyes en las universidades de Cervera y Huesca, donde obtuvo un doctorado en leyes de la Iglesia.

Después de participar en la Guerra de la Convención (un conflicto entre España y Francia) como capitán de un grupo de defensa local llamado somatén, el rey Carlos IV le dio un título honorífico en 1799. Tomàs Puig empezó a trabajar como abogado en Figueras.

Entre 1804 y 1805, viajó por varios países de Europa, como Francia, Holanda e Inglaterra. En 1808, decidió apoyar a José I Bonaparte, el hermano de Napoleón, quien se convirtió en rey de España. Por esta razón, se le llamó "afrancesado", que era el nombre que se daba a los españoles que apoyaban a los franceses.

El historiador Juan Mercader Riba explicó que Tomàs Puig era uno de los pocos pensadores catalanes que admiraba a la Francia de Napoleón. Le gustaba su forma de organizar el gobierno, la igualdad entre los ciudadanos y la idea de que el Estado (el gobierno) fuera más importante que la Iglesia. Debido a su apoyo a los franceses desde el principio, fue perseguido y encarcelado por los españoles que no estaban de acuerdo con el nuevo rey.

Colaboración con el gobierno francés

Tomàs Puig trabajó junto a José Garriga Buach, otro afrancesado importante de Cataluña, cuando este llegó a Figueras como representante del rey José I.

Cuando Napoleón decidió que Cataluña ya no dependería directamente de José I y la convirtió en una región militar bajo el mando del mariscal Augereau (en 1810), Tomàs Puig se convirtió en uno de sus colaboradores más cercanos. Se dice que él escribió o inspiró los comunicados que Augereau publicaba en francés y en catalán (nunca en castellano). En estos comunicados, Augereau hablaba de la nueva situación de Cataluña y recordaba las antiguas glorias de los catalanes, a quienes llamaba "los franceses de España".

Uno de esos comunicados decía: "Sí, vencedores de Atenas y de Neopatria… La patria catalana va a renacer de sus cenizas… Napoleón el Grande os va a dar un nuevo ser…". Durante este tiempo, el catalán fue un idioma oficial junto con el francés. Augereau nombró a Tomàs Puig como corregidor de Gerona (un cargo similar a un alcalde o gobernador local) y luego presidente de la Corte de Apelación de la Cataluña bajo dominio francés. Sin embargo, por falta de recursos, esta nueva corte no pudo funcionar, así que Tomàs Puig siguió siendo corregidor de Gerona.

¿Qué pasó después?

Cuando el mariscal Augereau fue reemplazado por el mariscal Étienne Jacques Joseph Macdonald, Tomàs Puig perdió casi toda su influencia y fue destituido de su cargo en Gerona. Macdonald cambió la política, siendo menos "catalanista", y entre otras cosas, volvió a hacer del castellano un idioma oficial.

Aunque Macdonald reorganizó el sistema judicial francés, Tomàs Puig ya no tuvo un papel tan importante. Según Juan Mercader Riba, se convirtió en "un burócrata más" y se unió a la mayoría de afrancesados en Cataluña que tenían menos poder.

Después de que el rey Fernando VII regresara al trono de España en 1814, Tomàs Puig se fue al exilio en Francia, donde estudió ciencias naturales. Dos años después, regresó a Cataluña, pero no fue hasta 1821, gracias a una amnistía (un perdón general) para los afrancesados durante el Trienio Liberal, que pudo recuperar sus propiedades que le habían quitado.

Desde entonces, vivió en Figueras, trabajando como abogado y administrando sus tierras y negocios, pero se mantuvo alejado de la política. Falleció en Figueras en 1835.