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Los aztecas bajo el dominio español para niños

Enciclopedia para niños

Los aztecas bajo el dominio español es un período que va desde el año 1521 hasta 1759. Comienza con la llegada de Hernán Cortés y termina con la organización de las reformas borbónicas. Durante este tiempo, los pueblos indígenas experimentaron grandes cambios en su forma de vida, su economía y sus creencias, como la llegada de la religión católica y el establecimiento de los españoles.

La llegada de los españoles y la conquista

Cuando Hernán Cortés y sus hombres se acercaban a la gran ciudad de Tenochtitlan, el emperador Moctezuma intentó detenerlos. Envió mensajeros con regalos y trató de dialogar, pero los españoles no se detuvieron. Moctezuma temía que su ciudad cayera y que el dios Quetzalcóatl regresara a reclamar su tierra. Los aztecas, al ver que sus líderes no lograban detener a los conquistadores, se sintieron decepcionados. Moctezuma falleció durante los conflictos con los españoles.

Después de dos años de batallas, Tenochtitlan se rindió el 13 de agosto de 1521 ante Hernán Cortés. Tres años más tarde, llegaron a la capital azteca los primeros 12 frailes franciscanos. Ellos fueron enviados por el Papa y la Corona española para enseñar el cristianismo a los indígenas.

Hernán Cortés organizó reuniones entre los misioneros y los líderes indígenas. Los franciscanos explicaron su misión y las ideas de la fe católica, mientras que los indígenas compartieron sus propias creencias. Después de varios días de discusión, los líderes indígenas aceptaron ser bautizados.

Algunos textos importantes escritos en náhuatl y español por el fraile Bernardino de Sahagún en 1564 fueron guardados en archivos.

Las órdenes de la Corona española se llevaron a cabo durante la evangelización de la Nueva España, principalmente por los frailes franciscanos. Estos frailes a menudo apoyaron a los indígenas y no siempre estaban de acuerdo con las autoridades españolas. Desarrollaron una forma de enseñar la religión que respetaba la cultura indígena, predicando la palabra de Dios en náhuatl, otomí y otras lenguas locales. Gracias a esta estrategia, los indígenas comenzaron a aceptar la nueva religión. Esto llevó a una mezcla de creencias, por ejemplo, construyendo iglesias con las piedras de antiguos templos prehispánicos.

Una nueva fe

Moctezuma creyó que enviando mensajeros podría detener a los invasores. Los métodos de Cortés son conocidos por sus escritos y por las narraciones del conquistador español Bernal Díaz del Castillo. Cada vez que Cortés llegaba a un nuevo pueblo indígena, reunía a los jefes y les explicaba el propósito de su llegada. Se presentaba como enviado del emperador Carlos V y les ofrecía una alianza si aceptaban el cristianismo. Luego, con la ayuda de intérpretes, les explicaba la fe cristiana, pidiéndoles que dejaran a sus antiguos dioses. Después, se levantaba una cruz y uno de los frailes franciscanos celebraba una misa en presencia de todos los indígenas.

Cortés y su ejército recibían muchos regalos de oro de los gobernantes indígenas. Aunque no todos estaban de acuerdo, cumplían con estas entregas como parte de sus costumbres.

Los indígenas ofrecían regalos a Cortés y a su ejército como señal de "alianza". Entre estos regalos había mujeres, como Malinali Tenépatl, conocida como "la Malinche", quien fue una intérprete clave para Cortés y tuvo un papel importante en la Conquista. En total, se entregaron 328 mujeres. Todas ellas fueron bautizadas y luego casadas con los hombres de Cortés.

Cortés se dio cuenta de que las creencias religiosas de los indígenas estaban muy arraigadas en su forma de entender el mundo.

Los líderes del estado de Tlaxcala se opusieron a dejar a sus dioses, diciendo: "¿Cómo quieres que dejemos a nuestros dioses, a quienes nuestros antepasados han adorado y sacrificado por muchos años? Si nosotros, que somos viejos, quisiéramos hacerlo para complacerte, ¿qué dirían todos nuestros sacerdotes y todos los vecinos, jóvenes y niños de esta provincia? Se levantarían contra nosotros. Especialmente, porque nuestros sacerdotes ya han hablado con nuestro dios más grande, y nos respondieron que no los olvidáramos en sacrificios de hombres y en todo lo que antes solíamos hacer; de lo contrario, toda esta provincia sería destruida por el hambre, las enfermedades y las guerras."

A Cortés le gustaban estas situaciones y usaba su habilidad para persuadir. Imaginaba el encuentro entre los antiguos jefes aztecas y los doce franciscanos enviados por el Papa. La solemnidad de la reunión, el protocolo y el uso de la palabra como herramienta de convencimiento. Cortés y los predicadores, con su talento para hablar, lograron que el cristianismo triunfara sobre las creencias de los mexicas, gracias a su forma de entender a los indígenas antes de actuar.

Las creencias de los aztecas

Los aztecas buscaban atraer las fuerzas naturales que les eran favorables y evitar las que les eran perjudiciales.

La religión azteca no tenía un concepto de un salvador, ni un paraíso o un lugar de castigo para las acciones humanas. El culto azteca se basaba en ofrecer bienes, oraciones y actos de penitencia para obtener el favor de los poderes divinos, que representaban a la naturaleza. Entender el ritmo de los eventos naturales era la forma de asegurar la supervivencia del grupo. Esto llevó a un complejo sistema de adoración a muchos dioses.

Los aztecas desarrollaron una forma de entender la relación entre las fuerzas sobrenaturales y el Universo. Este último era visto de una manera más espiritual que geográfica, dividido en zonas religiosas. Los fallecidos podían ir a uno de estos mundos, pero su destino final no dependía de su comportamiento en vida, sino del tipo de muerte que habían tenido.

Aunque los sacerdotes de Tenochtitlan intentaron unir los diversos dioses de cada tribu en un solo concepto, el pueblo no aceptaba que su dios local estuviera sujeto a otro, ni que fuera solo una representación de un ser superior.

Se aceptaba la existencia y el culto a otros dioses, pero se buscaba una causa única de la que dependieran las demás, y un dios único que estuviera por encima de todas las otras divinidades, así como estas estaban por encima del hombre.

El primer objetivo de los predicadores fue cambiar la idea de los muchos dioses que tenían los aztecas. Los españoles aprovecharon la tradición indígena de que los vencedores no debían eliminar las creencias de los vencidos, sino asimilarlas y adaptar la historia a su conveniencia.

A los evangelizadores les molestaba que los indígenas adoraran estatuas de piedra y madera que consideraban sucias.

El sacrificio en la cultura azteca

Los frailes, al ver los sacrificios, los consideraban actos terribles que iban en contra de sus creencias. Argumentaban que no había justificación religiosa para tales actos, que calificaban de monstruosos. En estos sacrificios, la víctima, a menudo un prisionero de guerra, era colocada sobre una piedra. Un sacerdote le abría el pecho con un cuchillo de piedra y le extraía el corazón.

La superioridad del Dios cristiano

Los doce predicadores, que eran teólogos y sabios, se dieron cuenta de que podían usar la dimensión espiritual de las creencias indígenas. Argumentaron que "Toda autoridad viene de Dios".

Explicaron que: "Todo procede del Dios supremo, porque el Emperador que nos da este poder (como el Señor más grande de la tierra) lo ha recibido del mismo Dios. Sin embargo, este poder que tenemos es limitado, solo se extiende a los cuerpos y bienes de los hombres, y a lo que es visible en este mundo que se acaba. Pero el poder que estos (aunque pobres) tienen es sobre las almas inmortales, cada una de las cuales es de mayor valor que todo lo que hay en el mundo, aunque sea oro o plata o piedras preciosas. Porque tienen poder concedido por Dios."

Investigaciones recientes sugieren que el cambio de religión de los indígenas estuvo más relacionado con los mestizos, quienes no sabían si debían seguir las costumbres de sus antepasados o adoptar el cristianismo.

Cartas de relación

Las "Cartas de relación" fueron escritos de Hernán Cortés al rey Carlos V, donde narraba los eventos de la Conquista.

Primera carta de relación

La primera carta fue firmada el 10 de julio de 1519. Describe las expediciones anteriores a la de Cortés y los sucesos en Cuba, Cozumel, la batalla de Centla y la llegada a San Juan de Ulúa.

En la carta se describe la naturaleza de las tierras visitadas y se mencionan los sacrificios que realizaban los nativos. Lo más importante es que se informa sobre la creación del Cabildo de la Villa Rica de la Vera Cruz y el nombramiento de Hernán Cortés como "Capitán General y Justicia Mayor". Se pedía al rey que no diera el título de Adelantado o Gobernador a Diego Velázquez de Cuéllar. La carta fue llevada al rey Carlos I, pero al hacer una parada en Cuba, la noticia llegó a Diego Velázquez, quien acusó a Cortés de desobediencia. Junto con la carta, se entregaron tesoros como oro, plumas exóticas y pieles, además de dos libros mayas, el Códice Troano y el Códice Cortesano, también conocido como Códice de Madrid.

Segunda carta de relación

La Segunda carta de Cortés a Carlos V fue firmada el 30 de octubre de 1520.

Después de 15 meses, Cortés se disculpó por el tiempo sin escribir. Informó sobre el hundimiento de sus naves para evitar que sus hombres lo abandonaran. Describió las riquezas del estado mexica, cuyo control era su objetivo principal. También reportó la llegada de otra expedición, su alianza con los totonacas y tlaxcaltecas, y la entrada a México-Tenochtitlan. Describió la sociedad de Tenochtitlan, su mercado, alimentos y costumbres. Cortés también explicó lo sucedido con la expedición de Pánfilo de Narváez, justificando sus acciones y reafirmando su lealtad a la Corona española. Finalmente, describió la batalla del Templo Mayor, la muerte de Moctezuma, los eventos previos a la Noche Triste, la batalla de Otumba, las campañas en la zona del río Pánuco y la fundación de Segura de la Frontera. Al despedirse, solicitó permiso oficial para nombrar a los territorios como "Nueva España".

Tercera carta de relación

La Tercera carta de Hernán Cortés a Carlos V fue firmada el 15 de mayo de 1522.

Para esta fecha, la conquista de Tenochtitlan ya había terminado. Cortés recordó la batalla de Otumba y cómo se reorganizó para rodear la ciudad. Describió la construcción de barcos pequeños para el ataque por agua y cómo los trasladaron al Lago de Texcoco con la ayuda de sus aliados tlaxcaltecas. Detalló la distribución de sus fuerzas militares durante el sitio de Tenochtitlan.

La descripción de las batallas es extensa, destacando las acciones de Gonzalo de Sandoval y Pedro de Alvarado. Cortés contó cómo casi fue capturado en una escaramuza en Tenochtitlan y cómo fue salvado por Cristóbal de Guzmán, quien a cambio fue capturado por los mexicas. La historia de las batallas termina con la toma de Tlatelolco y la captura de Cuauhtémoc.

También se informó sobre la tercera expedición del gobernador de Jamaica, Francisco de Garay, y la llegada de Cristóbal de Tapia. Cortés también reportó las acciones de Antonio de Villafaña, quien intentó asesinarlo por ser leal a Velázquez, justificando así su condena a muerte.

La carta fue firmada por Julián de Alderete, Alonso de Grado y Bernardino Vázquez de Tapia. Fue llevada junto con tesoros para el rey por Alonso de Ávila y Antonio Quiñones. Sin embargo, los tesoros nunca llegaron a España, ya que el barco fue atacado y capturado por un corsario francés cerca de las islas Azores.

Este proceso de cambio de gobierno, de los líderes indígenas a los gobernadores españoles, muestra cómo los españoles fueron tomando control total sobre los pueblos indígenas. Muchos textos sugieren que sin la ayuda de algunos grupos indígenas, los españoles no habrían podido lograrlo por completo.

Impuestos y economía de los pueblos

La llegada de los españoles causó gran impresión y curiosidad a los mexicas, quienes pensaron que se trataba del dios Quetzalcóatl regresando. Desde ese momento, Moctezuma temió que más personas llegaran a Tenochtitlan. Los conquistadores fueron recibidos con regalos de jade y oro. Con la muerte de Moctezuma y Cuitláhuac, muchos líderes indígenas tomaron decisiones independientes de apoyar o resistir a los españoles, lo que afectó la organización de los impuestos nativos.

Al principio, los impuestos se cobraban a los caciques, hasta que se entendió cómo se distribuían entre las diferentes clases sociales indígenas. A finales del siglo XVIII, había entre 11 y 12 categorías de personas que pagaban impuestos: líderes, gobernadores y alcaldes, personas exentas, ausentes, viudas y solteras, niños y niñas, indígenas casados mayores, indígenas casados jóvenes, indígenas casados con mujeres de otras etnias o ausentes, viudas indígenas y solteros, mujeres indígenas casadas con hombres de otras etnias y jóvenes indígenas a punto de empezar a pagar impuestos.

Entre las principales actividades económicas destacaba la agricultura, con la rotación de cultivos. Se introdujeron nuevos productos como algodón, caña de azúcar, árboles frutales, hortalizas, flores, tabaco, trigo, arroz y olivo. En la ganadería, se introdujo el ganado vacuno, ovino, porcino y caballar. En la minería, se explotaba el jade, el oro y la plata.

Los indígenas realizaban trabajos en agricultura, ganadería, minería, manufactura textil y artesanías. Se pagaba un diezmo a la iglesia, un impuesto anual personal y el "quinto real" (una quinta parte de la producción) a la Corona, entre otros. También existían sistemas de trabajo como las encomiendas y el repartimiento.

Tributario indígenas

Jurisdicción

Antiguo sistema

Nuevo sistema

Diferencia de porcentaje

Chalco-Tlayacapa (1800-1803)

12 318

14 043

14

Coatepec (1799)

1 319

1 543

17

Coyoacán (1799)

3 722

4 401

18

Cuautitlán (1797)

3 978

4 495

13

Ecatepec (1803)

2 573

3 024

17

Mexicalzingo (ca. 1800)

2 222

2 518

13

Otumba (1800)

1 361

1 634

20

Tacuba (1799)

6 561

7 383

13

Teotihuacán (1804)

1 813

2 168

20

Texcoco (1802)

7 545

9 011

19

Xochimilco (1801)

4 281

4 821

13

Zumpango (1801)

1 362

1 596

17

México (1800-1801)

9 672

12 061

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La administración política de los pueblos

La organización política de los pueblos aztecas, al llegar al valle del Anáhuac, era democrática. Se basaba en una teocracia militar, donde el objetivo de la guerra estaba ligado a la religión, y el mismo emperador, llamado Tlacatecuhtli, era también un sacerdote.

La religión no solo influía en la política, sino en la organización general. Un grupo de familias o clanes formaba una tribu. Entre los tenochcas había 20 clanes o calpullis. Los jefes de familia elegían un representante (calpullec), guiado por un consejo de ancianos (huehuetque). Los representantes de los calpullis formaban el tlatocan, un grupo que gobernaba Tenochtitlan. A quien los españoles llamaron rey, era el líder supremo entre todos los dirigentes, llamado Tlacatecuhtli (señor de los hombres), también conocido como Tlatoani. Este cargo era elegido.

Aunque no había clases sociales muy marcadas, se pueden mencionar las siguientes jerarquías: nobles (pipiltin), que incluían a los guerreros águila y guerreros ocelote. Los Sacerdotes, que podían venir de familias humildes o importantes. Los Artesanos, divididos en pochtecas (comerciantes fuera de la ciudad) y tlanamacani (comerciantes en la ciudad). Los Plebeyos o campesinos libres (macehualtin). Los Siervos (mayeques), campesinos que vivían como sirvientes. Los Esclavos (tlacotin), generalmente prisioneros de guerra que eran usados en diversas tareas. Una persona podía alcanzar un alto rango por sus propios esfuerzos.

Clases sociales durante la época colonial

Españoles peninsulares

Eran los que estaban en la cima de la sociedad. Ocupaban los puestos más importantes en el gobierno, el comercio, la agricultura, la ganadería y la minería. Los cargos altos en la iglesia y las actividades comerciales más lucrativas eran casi exclusivos para ellos. También poseían las mejores tierras de cultivo durante la mayor parte del virreinato.

Criollos

Eran los hijos de españoles nacidos en América. Tenían facilidades para dedicarse al comercio y acceder a la educación. Se dedicaban a trabajos intelectuales y artísticos. Aunque eran de origen español, no siempre podían acceder a los cargos más importantes en el gobierno, la iglesia o el comercio, que solían ser para los peninsulares.

Indígenas

A los pueblos indígenas de la Nueva España se les permitió mantener algunas de sus costumbres, su organización económica y sus estructuras sociales. Eran contratados como trabajadores en las tierras de los criollos. Sin embargo, era complicado debido a la gran diversidad de etnias, lenguas y costumbres. Eran explotados por los peninsulares y no tenían acceso a puestos altos ni a educación avanzada.

Castas sociales

Las castas fueron el resultado de las mezclas de diferentes grupos de personas (españoles, indígenas, africanos, asiáticos, etc.) que ocurrieron con el tiempo en la Nueva España. Este grupo creció y se hizo importante durante el siglo XVII. Las castas intentaron integrarse con los españoles o los indígenas para tener aceptación social y oportunidades económicas, pero a menudo eran las más discriminadas. Aportaron una gran diversidad cultural a la Nueva España y al México actual. Tuvieron la oportunidad de aprender oficios en las escuelas creadas por los evangelizadores y formaron una parte fundamental del pueblo mexicano.

Las siguientes castas surgieron de la mezcla de todas las clases sociales:

DE

CON

GRUPO

Español

Indio

Mestizo

Mestizo

Española

Castizo

Castizo

Española

Español

Español

Mora

Mulato

Español

Marisca

Albino

Español

Tornatrás

Tente en el aire

Mulato

Española

Morisco

Morisco

Española

Chino

Chino

India

Salta atrás

Salta atrás

Mulata

Lobo

Lobo

China

Gíbaro

Gíbaro

Mulata

Albarazado

Indio

Mulato

Lobo

Indio

Lobo

Cambujo

Indio

China

Albarazado

Albarazado

Negra

Cambujo

Cambujo

India

Sambaigo

Cambujo

Mulato

Albarazado

Sambaigo

Loba

Calpamulato

Calpamulato

Cambuja

Tente en el aire

Tente en el aire

Mulata

No te entiendo

No te entiendo

India

Tornatrás

Indio

Negra

Sambaigo

Indio

Mestizo

Coyote

Indio

Coyote

indio

Instituciones políticas

La principal institución política en los pueblos españoles era el cabildo o el consejo municipal. Los cabildos en el mundo español tenían dos tipos de cargos: el alcalde y el regidor. Era común que cada gobierno municipal tuviera dos alcaldes y cuatro o más regidores. Ellos se encargaban de la administración política de la comunidad. Los alcaldes también actuaban como jueces en los tribunales locales, teniendo una autoridad mayor. También había alcaldes indígenas que informaban a la población indígena sobre las nuevas órdenes. Raramente los regidores o alcaldes españoles tenían contacto directo con los encargados indígenas.

Al principio, se elegía un tlatoani y un gobernador. Después de la muerte de Cuauhtémoc, la línea de líderes de Tenochtitlan fue restablecida en 1530 con Panitzin (hermano de Moctezuma), quien fue reconocido como tlatoani y gobernador. Su sucesor fue Tehuetzqui, nieto de Tizoc, el segundo gobernador en 1540. Cuatro años después de su muerte, se estableció un nuevo gobierno nombrando a Esteban de Guzmán (gobernador de Xochimilco) como juez para los indígenas. El último gobernador-tlatoani fue Luis de Santa María Cipac, nieto de Ahuitzotl. Con Cipac como gobernador, "los nativos de México ya no serían gobernadores ni regirían en el altepetl de México Tenochtitlan".

Educación

Las escuelas durante la época colonial estaban a cargo de la Iglesia y solían ubicarse cerca de los templos católicos. Al principio, solo se educaba a españoles y criollos. Pero en 1523, Pedro de Gante fundó la primera escuela de oficios para indígenas, llamada "Escuela de Artes y Oficios de San José de los Naturales". Poco después, se estableció el Colegio de la Santa Cruz de Santiago de Tlatelolco, dedicado a la educación indígena, pero con un nivel más avanzado que las escuelas de oficios.

Los criollos, por su parte, eran educados por jesuitas y agustinos. Estas dos órdenes fundaron en 1576 el Colegio de San Pedro y San Pablo, apoyado por comerciantes ricos cuyos hijos asistían a recibir educación. El Colegio de San Ildefonso, misión de los jesuitas, se convirtió en el centro de estudios más importante del siglo XVIII. Los dominicos se destacaron en la enseñanza de la fe católica y la teología, fundando los principales seminarios en la Ciudad de México y Puebla. En 1575, Luis de León Romero fundó el Colegio de San Luis, que daba reconocimiento a los sacerdotes dominicos graduados de la institución en toda la orden. El Colegio de las Vizcaínas fue la primera institución laica dedicada a la educación de mujeres. Así, muchas escuelas del país se convirtieron en lugares donde se formó la nueva identidad mexicana y fueron importantes para la futura independencia de la Nueva España.

La imprenta llegó en 1534, lo que ayudó a la educación y al desarrollo de la literatura en la Nueva España. De esta época destacan textos de gran calidad escritos por:

  • Bernardo de Balbuena
  • Juan Ruiz de Alarcón
  • Sor Juana Inés de la Cruz
  • Francisco Xavier Clavijero
  • Francisco Xavier Alegre
  • Carlos de Sigüenza y Góngora
  • Agustín de Betancourt (teatro)
  • Juan Ruiz de Alarcón (teatro)
  • Francisco Hernández (ciencia)
  • Alonso de Veracruz (ciencia)

Las reformas borbónicas

Durante esta época de conquista, dos familias reales controlaban todo: los Habsburgo y los Borbón.

Los Habsburgo consideraban a los habitantes indígenas de la Nueva España como parte de la monarquía y se preocupaban por tratarlos bien. Sin embargo, con la llegada de los Borbón, se aplicó un cambio en los sistemas de gobierno. Las colonias pasaron a ser vistas, según ideas francesas, no como parte de la monarquía, sino como territorios para ser explotados.

Durante el período de los Habsburgo, en la Nueva España se había creado un sistema político donde se podían comprar los cargos públicos, los funcionarios imponían impuestos, se desarrollaban monopolios y se evitaba el control de la Corona mediante prácticas deshonestas.

En 1756, fue nombrado el visitador José de Gálvez, con la tarea de retomar el control político y administrativo de la Nueva España y aplicar las reformas de manera organizada. Su objetivo era quitar poder a ciertos grupos y corporaciones, e incluso al propio virrey, e incorporar funcionarios leales a los propósitos de la Corona.

En el período Borbón, el nombramiento de virrey se concedía a personas de la nobleza media, pero nunca a alguien de origen mestizo o de una clase social más baja. Cuando Carlos III asumió el poder, se propuso "europeizar" América, reorganizando el comercio, la educación, la industria, el ejército y la marina. Para ello, contó con los indígenas como una fuerza de trabajo importante.

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