José Manuel del Regato para niños
José Manuel del Regato López (Madrid, 1786 – Filipinas, 1843) fue un médico, periodista y político español. Nació en Madrid, pero su familia era de Suesa, en Santander. Su padre, José del Regato Hoyo, trabajaba en el Hospital Real de Madrid. José Manuel estudió medicina en Madrid y obtuvo su título allí. Se casó con Joaquina López de Mesa.
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Inicios en la política
Después de un importante levantamiento popular en Madrid el 2 de mayo de 1808, José Manuel del Regato trabajó como médico para las tropas que defendían su país. Pasó parte de la guerra en Cádiz, una ciudad donde rápidamente se destacó por sus ideas liberales muy fuertes.
A finales de 1813, regresó a Madrid. En enero de 1814, ya era editor y redactor del periódico La abeja Madrileña, junto con Juan Antonio Villarino. Este periódico defendía que el pueblo tuviera más poder y que el rey no tuviera un poder ilimitado.
Cuando el rey regresó en mayo de 1814, hubo una fuerte represión contra quienes tenían ideas liberales. Por esta razón, Regato tuvo que irse al exilio, como muchos otros liberales. Primero fue a Bayona y luego a Londres con su esposa. Pocos meses después, volvió a Bayona.
Actividad en el exilio
En Bayona, Regato se mantuvo muy activo, planeando acciones secretas contra el gobierno del rey Fernando VII para apoyar a los liberales. Participó, por ejemplo, en un intento fallido de derrocar al rey en Bilbao en septiembre de 1816, liderado por Mariano de Renovales.
Un cambio de rumbo
Es posible que durante su tiempo en Francia, Regato se uniera a una sociedad secreta. A partir de ese momento, su historia se vuelve un poco más compleja. Se sabe que en mayo de 1819, ya estaba colaborando con el gobierno español, que en ese momento estaba en manos de los absolutistas (quienes apoyaban el poder total del rey).
Regato se ofreció al embajador español en París, el conde de Fernán Núñez, para seguir de cerca a los liberales exiliados. Así, empezó a recibir un sueldo del gobierno español.
El Trienio Liberal
Durante el periodo conocido como el Trienio Liberal (1820-1823), cuando las ideas liberales tuvieron más fuerza en España, José Manuel del Regato tuvo una importante actividad pública. Difundió ideas liberales muy entusiastas y consiguió un puesto en la nueva administración, en el Departamento de Ultramar.
Era amigo de Antonio Alcalá Galiano y participó en la creación de una sociedad secreta llamada la comunería, que se había separado de otra sociedad secreta más grande. En esta sociedad también estaban José María Torrijos, Juan Romero Alpuente y Francisco Ballesteros, entre otros.
Durante la Década Ominosa
Cuando el gobierno liberal cayó en 1823, Regato volvió a ponerse al servicio del rey Fernando VII. Se infiltró de nuevo entre los exiliados para informar al gobierno sobre sus actividades. Para ello, viajó a Francia, Gibraltar y Portugal. También viajó a Cataluña durante la Revuelta de los Agraviados, un levantamiento popular.
Gracias a su buena relación con el rey, en abril de 1828, el monarca lo nombró jefe de una fuerza especial de policía secreta. Desde este puesto, tuvo conflictos con el ministro de Hacienda, Luis López Ballesteros.
Caída en desgracia
Regato perdió en estas luchas internas dentro del gobierno y se convirtió en una persona rechazada. Los conservadores no confiaban en él y los liberales lo odiaban.
Destierro y final
En octubre de 1832, fue enviado a la isla de Ibiza, donde vivió hasta el verano del año siguiente. Entonces se le permitió regresar a la península, pero no a la Corte en Madrid.
Después de la muerte del rey, Regato intentó volver a tener influencia en Madrid, pero el gobierno lo envió de nuevo a las Islas Baleares. Desde allí, participó en varias conspiraciones a favor de los realistas (quienes apoyaban al rey).
Un tribunal militar, en marzo de 1836, lo condenó a ocho años de destierro en Filipinas. Pocos días después, también fue condenado a destierro en Puerto Rico. Con problemas de salud, en septiembre de ese año, partió hacia Filipinas desde Cádiz a bordo de la fragata Nueva-Zafiro, junto con otros condenados, como el coronel Lorenzo Guillelmí.
Los desterrados llegaron en mayo de 1837 al fuerte de Santiago, en Manila. Pocos días después, Regato fue enviado a Capis, en la isla de Panay, donde probablemente falleció alrededor de 1843.