Habib Burguiba para niños
Habib Burguiba (nacido en Monastir, Túnez, el 3 de agosto de 1903 y fallecido en Túnez el 6 de abril de 2000), también conocido como Habib Bourguiba, fue un importante líder y político tunecino. Fue el segundo primer ministro del Reino de Túnez. Después, puso fin a la monarquía y proclamó la República de Túnez el 25 de julio de 1957, convirtiéndose en su primer presidente. Antes de esto, tuvo un papel clave para que Túnez lograra su independencia de Francia el 20 de marzo de 1956, terminando así con 75 años de control extranjero.
Habib Burguiba nació en Monastir, siendo el menor de ocho hermanos, en una familia de clase media. Desde joven, se destacó en sus estudios. En 1927, se graduó como abogado en la Universidad de París. Al regresar a Túnez, se interesó por el movimiento que buscaba la independencia de su país. En la década de 1930, se unió al Partido Nacionalista Tunecino, llegando a ser su líder principal.
Contenido
- Primeros años y formación
- Comienzo de su carrera política (1930-1934)
- Líder nacionalista en ascenso (1934-1939)
- Segunda Guerra Mundial (1939-1945)
- Viaje a Oriente Medio (1945-1949)
- Lucha por la independencia (1949-1956)
- Presidencia (1957-1987)
- Vida personal
- Legado
- Homenajes
- Condecoraciones y distinciones
- Publicaciones
- Galería de imágenes
- Véase también
Primeros años y formación
Infancia y educación inicial
Habib Burguiba nació en Monastir, siendo el octavo y último hijo de Ali Burguiba y Fatouma Khefacha. La fecha oficial de su nacimiento es el 3 de agosto de 1903. A pesar de las dificultades económicas, su padre, Ali Burguiba, valoraba mucho la educación. Quería que Habib obtuviera un certificado de estudios primarios para evitar el servicio militar. Cuando Habib nació, su padre se convirtió en concejal, lo que mejoró su situación y le permitió ofrecer una mejor educación a sus hijos.
Habib Burguiba creció rodeado de mujeres: su madre, su abuela y sus hermanas. Esto le hizo darse cuenta de las tareas domésticas que realizaban las mujeres y de la desigualdad que enfrentaban. En septiembre de 1907, a los cinco años, su padre lo envió a la escuela primaria Sadiki en la ciudad de Túnez para continuar sus estudios. La separación de su madre a tan temprana edad le afectó mucho.
En 1913, Habib obtuvo su certificado de estudios primarios, lo que alegró mucho a su padre. Así, evitó el servicio militar. Fue admitido en el Colegio Sadiki para sus estudios secundarios. Sin embargo, su madre falleció en noviembre de 1913, cuando él tenía diez años.
Adolescencia y estudios secundarios
Con el inicio de la Primera Guerra Mundial en septiembre de 1914, Habib se mudó a la residencia del Colegio Sadiki. Las restricciones económicas por la guerra empeoraron las condiciones de vida, especialmente la comida. Esto llevó a Burguiba y a otros estudiantes a protestar.
Sus calificaciones en la escuela no eran muy buenas. En 1917, no pudo obtener el certificado escolar. El director del Sadiki le permitió repetir su último año en 1919-1920. Sin embargo, el duro invierno y la falta de alimentos afectaron su salud. Habib fue hospitalizado por una infección y tuvo que dejar sus estudios temporalmente.
Después de salir del hospital, Burguiba vivió casi dos años con su hermano mayor, Mohamed, quien era asistente médico. Mohamed era un defensor de las ideas modernas. Esta estancia fue un punto de cambio importante para Habib. Aprendió a jugar a las cartas y se interesó por figuras como Mustafa Kemal Atatürk. Participar en actividades de teatro con su hermano le dio más confianza.
La fundación del partido Destour hizo que Burguiba se interesara por el nacionalismo tunecino. Quería seguir estudiando Derecho en Francia para luchar contra el control colonial. Su familia no quería financiar sus estudios, pero su hermano Mahmoud le prometió ayudar. Con su apoyo, Burguiba se inscribió en el Liceo Carnot de Túnez.
En el liceo, Burguiba obtuvo buenas calificaciones en Matemáticas y eligió la rama de Filosofía. Se hizo amigo de Tahar Sfar y Bahri Guiga, formando el "Trío Saheliano". Le gustaba visitar bibliotecas y leer libros de historia. Pronto, se dio cuenta de las desigualdades entre franceses y tunecinos, lo que le impactó mucho.
En 1924, Habib se graduó con honores, siendo el primero de su clase. Después de los exámenes, se fue a París para continuar sus estudios.
Estudios universitarios en París
Al llegar a París, Burguiba se instaló en un hotel. Tuvo problemas económicos hasta que obtuvo una beca. Con el dinero, se matriculó en la Facultad de Derecho de París y asistió a clases de psicología y literatura. Quería "armarse intelectualmente contra Francia", así que se dedicó al derecho y al estudio de la sociedad francesa. Participaba en debates políticos y leía periódicos.
En 1925, conoció a Mathilde Lefras, una viuda de treinta y cinco años. Mathilde lo invitó a vivir en su apartamento. Esta nueva vida lo alejó un poco de la lucha en Túnez.
En el verano de 1926, Burguiba regresó a Monastir. Su padre falleció en septiembre. Poco después, Mathilde le envió un telegrama anunciando que estaba embarazada. El 9 de abril de 1927, Mathilde dio a luz a un niño, al que llamaron Jean Habib. Un mes después, Burguiba aprobó sus últimos exámenes y obtuvo su título de abogado.
Inicios profesionales y políticos
En agosto de 1927, Burguiba, de 26 años, regresó a Túnez con Mathilde y su hijo, Habib Jr. Se había influenciado por los valores liberales de la república francesa. Al regresar, se casó con Mathilde y se establecieron en Túnez.
Al principio, Burguiba se centró en su carrera de abogado. En Túnez, los nuevos abogados debían hacer una pasantía de tres años. Trabajó en varios despachos. La discriminación colonial le hizo sentir la desigualdad. Esto lo llevó a hablar con amigos sobre la necesidad de reformas en Túnez para que el país fuera un estado moderno y justo, como Francia.
En mayo de 1930, Francia celebró el centenario de la colonización de Argelia con un congreso en Túnez. Esto humilló a los tunecinos, quienes protestaron. Las protestas fueron reprimidas.
Comienzo de su carrera política (1930-1934)
A principios de la década de 1930, Habib Burguiba se unió al partido político Destour, junto con su hermano Mohamed y sus compañeros Bahri Guiga, Tahar Sfar y Mahmoud El Materi. Molestos por la celebración del congreso en Cartago, el grupo decidió luchar contra el control francés. En febrero de 1931, fundaron un comité para apoyar el periódico La Voix du Tunisien, donde Burguiba y sus amigos escribían.
Burguiba comenzó a denunciar en sus escritos el sistema colonial y las ventajas de los europeos en Túnez. En uno de sus artículos, desafió la existencia del protectorado francés.
Gracias a la originalidad de sus ideas, La Voix du Tunisien se hizo muy popular. Su nuevo mensaje atrajo el interés del público y de grandes terratenientes. Sin embargo, el 12 de mayo de 1931, el gobierno colonial censuró todos los periódicos nacionalistas.
Pocos días después, Habib, su hermano Mohamed, Bahri Guiga, Salah Farhat y El Materi fueron procesados. El 9 de junio de 1931, muchas personas fueron a los juzgados para apoyarlos. El gobierno colonial logró crear conflictos entre el dueño del periódico y los jóvenes nacionalistas, lo que llevó al comité de redacción a abandonar el periódico.
A pesar de la división, los hermanos Burguiba, El Materi, Guiga y Bahri se mantuvieron en contacto. Decidieron fundar su propio periódico, L' Action Tunisienne, cuya primera edición se publicó el 1 de noviembre de 1932. Desilusionados con la moderación de los nacionalistas mayores, el grupo decidió defender a las clases bajas. Burguiba explicaba cómo funcionaba la explotación colonial e invitaba a trabajadores y estudiantes a organizarse. También insistía en proteger la identidad tunecina.
La crisis económica y la moderación de los nacionalistas mayores llevaron a Burguiba y sus compañeros a pensar en reconstruir el movimiento nacionalista con nuevas bases. En febrero de 1933, Burguiba defendió a Mohamed Chenik, un banquero, lo que buscaba unir a la clase burguesa al nacionalismo. Sin embargo, esto llevó a la renuncia de algunos compañeros del periódico. Entonces, Burguiba dejó su trabajo de abogado para dedicarse a L' Action Tunisienne.
El problema de la naturalización de los tunecinos (cuando se les daba la ciudadanía francesa) resurgió a principios de 1933. Hubo protestas en Bizerta por el entierro de un tunecino naturalizado francés en un cementerio musulmán. Burguiba decidió participar y apoyar las protestas en L' Action Tunisienne, denunciando el intento de "afrancesar a todo el pueblo tunecino".
Su postura firme le dio mucha popularidad. El congreso del Destour, celebrado el 12 y 13 de mayo de 1933 en Túnez, eligió al joven equipo de L' Action Tunisienne para formar parte del comité ejecutivo del partido. Esto les dio una posición fuerte y unió a las facciones nacionalistas. Los disturbios por la naturalización continuaron. El 31 de mayo, el gobierno colonial suspendió todos los periódicos nacionalistas y prohibió la actividad del Destour. Burguiba, sin libertad de expresión y atrapado en la política moderada del Destour, decidió buscar su autonomía.
El 8 de agosto, hubo disturbios en Monastir después de que un niño naturalizado fuera enterrado a la fuerza en un cementerio musulmán. Burguiba convenció a los ciudadanos de que lo eligieran como su abogado y protestó ante el bey. La dirección del partido no aprobó esta nueva forma de activismo y desacreditó a Burguiba. Burguiba, que veía al Destour como un obstáculo, renunció al partido el 9 de septiembre. Se dio cuenta de que solo la acción decidida podía hacer que el gobierno colonial negociara. Esta sería su forma de actuar hasta 1956.
Líder nacionalista en ascenso (1934-1939)
Fundación del Neo-Destour y represión
Después de su renuncia, Burguiba se encontró solo por un tiempo. Pero sus compañeros de L' Action Tunisienne también tuvieron conflictos con los miembros más antiguos del partido. Esto llevó a la exclusión de Guiga y la renuncia de El Materi, Mohamed Burguiba y Sfar del Comité Ejecutivo. Así, el grupo "rebelde" del Destour se unió y realizó una campaña por todo el país para explicar su política. Visitaron las zonas más afectadas por la crisis económica, donde explicaron su visión de la lucha. Los discursos de esta nueva generación de nacionalistas fueron muy bien recibidos por la población tunecina, que criticaba la "negligencia de la dirección del Destour".
Como el comité ejecutivo se negó a organizar un congreso extraordinario, los "separatistas" celebraron su propio congreso en Ksar Hellal el 2 de marzo de 1934. Allí, Burguiba pidió a los representantes que eligieran a los hombres que defenderían la liberación del país. El congreso terminó con la fundación de un nuevo partido político, el Neo-Destour. Mahmoud El Materi fue nombrado presidente y Burguiba se convirtió en su secretario general.
El Neo-Destour buscó fortalecer su posición. El joven equipo se enfrentó al Residente General, Marcel Peyrouton, quien quería detener el movimiento nacionalista. Para atraer a más gente, Burguiba recorrió todo el país, usando nuevos métodos de comunicación. Las clases bajas, afectadas por la crisis, se unieron rápidamente a su causa. Se crearon unidades del partido por todo el país, lo que hizo al Neo-Destour más eficiente que los movimientos anteriores. Mientras los antiguos nacionalistas se dirigían al gobierno colonial, los "separatistas" se dirigían al pueblo. El nuevo partido incluso obtuvo el apoyo de socialistas franceses.
En Túnez, el Neo-Destour se enfrentó a la fuerte oposición de Peyrouton. Aunque al principio apoyó a los "secesionistas" para debilitar el movimiento nacionalista, pronto retiró su apoyo al ver el éxito de los nuevos métodos y las demandas inesperadas del joven equipo.
Burguiba y sus compañeros aumentaron sus demandas, pidiendo la soberanía nacional y la llegada de un Túnez independiente. Estas demandas causaron un conflicto con el gobierno francés. La represión en el país se hizo más fuerte: el 1 de septiembre de 1934, Peyrouton prohibió la publicación de periódicos de izquierda. El 3 de septiembre, se realizaron redadas contra líderes nacionalistas. Burguiba fue arrestado y enviado a Kebili, en el sur del país, bajo vigilancia militar. El arresto de los líderes causó descontento y manifestaciones en todo el país.
El 3 de abril de 1935, los detenidos fueron trasladados a Bordj le Boeuf. Aunque estaban juntos, no se ponían de acuerdo sobre la dirección del partido. La mayoría pensaba que el levantamiento estaba decayendo y querían abandonar los métodos de 1934. Burguiba se oponía a cualquier concesión. Fue acusado de haberlos "llevado al abismo". Solo Ben Youssef apoyaba las tácticas de Burguiba, pero creía que debían salir de prisión para salvar lo que quedaba. El conflicto se fue desvaneciendo por las duras condiciones de detención impuestas por las autoridades francesas.
Del diálogo a la confrontación
A principios de 1936, la política de Peyrouton llevó al gobierno francés a reemplazarlo por Armand Guillon. Después de dos años de agitación, Guillon logró calmar el país el 23 de abril y liberó a los detenidos. Burguiba fue trasladado a Djerba, donde fue visitado por el nuevo Residente General, quien estaba dispuesto a negociar. El 24 de mayo, Burguiba fue liberado. En Francia, el Frente Popular llegó al poder en junio, lo que fue una gran oportunidad para los nacionalistas, que siempre habían estado cerca de los socialistas. Guillon les prometió restaurar las libertades. Los nacionalistas estaban convencidos de que esto abriría las puertas a negociaciones que llevarían a la independencia.
El 10 de junio, el Consejo Nacional del Neo-Destour se reunió para establecer una nueva política. Aprobaron la nueva política francesa y elaboraron una lista de peticiones mínimas. Burguiba fue enviado a París para presentar el programa del partido. Se reunió con Pierre Viénot el 6 de julio de 1936. Esta entrevista, que se hizo pública en Túnez, no gustó a los colonos franceses, por lo que las siguientes reuniones fueron secretas. A pesar de los esfuerzos, las autoridades francesas se opusieron a las peticiones tunecinas. Cuando Burguiba regresó a Túnez en septiembre, el ambiente político había cambiado: las libertades habían sido restauradas y el Neo-Destour reanudó sus actividades, aumentando el número de miembros.
A finales de 1936, el Residente General de Túnez anunció su deseo de introducir políticas de asimilación. Esto provocó levantamientos a principios de 1937. En junio, el gobierno francés cambió, y los nacionalistas reanudaron su lucha. Burguiba quería que Abdelaziz Thâalbi, fundador del Destour, se uniera al Neo-Destour para fortalecer su posición. Sin embargo, Thaalbi quería reconciliar el viejo y el nuevo Destour. La negativa de Thaalbi hizo que Burguiba saboteara sus reuniones públicas. En Mateur, los enfrentamientos causaron muertos y heridos, pero Burguiba logró fortalecer su posición como único líder del movimiento nacionalista, rechazando el nacionalismo panárabe y antioccidental.
En sus relaciones con Francia, Burguiba optó por la moderación. Sin embargo, el partido se dividió en dos facciones: una moderada, liderada por El Materi, Guiga y Sfar, a favor del diálogo; y otra más radical, partidaria de la confrontación, liderada por miembros más jóvenes. A principios de octubre, Burguiba viajó a París para continuar las negociaciones, pero regresó sin resultados. Se dio cuenta de que no había nada más que esperar de Francia.
Segundo congreso del Neo-Destour (octubre de 1937)
En este contexto, se celebró el segundo congreso del Neo-Destour en Túnez el 29 de octubre de 1937. Se votó una moción sobre las relaciones con Francia. El congreso confirmó la lucha entre los dos grupos. En su discurso, Burguiba intentó equilibrar ambas facciones. Defendió la política de emancipación progresiva: "La independencia solo vendrá de tres maneras: una revolución popular, violenta y extendida que ponga fin al protectorado; una derrota militar francesa durante una guerra contra otro país; una solución pacífica y gradual, con la ayuda de Francia y bajo su supervisión. El desequilibrio de fuerzas entre el pueblo tunecino y el francés elimina toda posibilidad de una victoria popular. Una derrota militar francesa no traerá la independencia, porque caeremos bajo el control de un nuevo colonialismo. Por lo tanto, solo queda el camino de una liberación pacífica bajo la supervisión de Francia". El congreso, que terminó el 2 de noviembre, retiró el apoyo del partido al gobierno francés. Burguiba, que ayudó a varios miembros jóvenes a acceder a la dirección del partido, reforzó su posición y autoridad, saliendo victorioso del debate.
Con el Neo-Destour en una nueva fase, hubo una nueva represión que causó siete muertos en Bizerta. Burguiba decidió optar por la confrontación. El 8 de abril de 1938, se organizó una manifestación pacífica. Sin embargo, Burguiba, convencido de que la violencia era necesaria, instó a Materi a repetir la manifestación. Su deseo se cumplió a la mañana siguiente. Los disturbios del 9 de abril de 1938 terminaron con la muerte de un policía, veintidós manifestantes y más de ciento cincuenta heridos. Al día siguiente, Burguiba y sus compañeros fueron arrestados y llevados a la prisión civil de Túnez. El 14 de abril, el Neo-Destour fue disuelto, pero sus miembros continuaron reuniéndose en secreto. El 10 de junio de 1939, Burguiba y sus compañeros fueron acusados de conspiración contra el orden público y la seguridad del Estado. Más tarde, fueron trasladados a la cárcel de Téboursouk.
Segunda Guerra Mundial (1939-1945)
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, Burguiba fue trasladado al fuerte de Saint-Nicolas en Marsella el 26 de mayo de 1940. Allí compartió celda con Hédi Nouira. Convencido de que los Aliados ganarían la guerra, escribió una carta a Habib Thameur el 10 de agosto de 1942, definiendo su posición: "Alemania no ganará la guerra y no puede ganar. Entre el gigante ruso y los anglosajones, que controlan los mares y tienen infinitas posibilidades industriales, Alemania será aplastada [...] se les da la orden, a ustedes y a los activistas, de contactar a los franceses de la resistencia para combinar nuestra acción secreta [...] Nuestro apoyo debe ser incondicional. Es una cuestión de vida o muerte para Túnez".
El 18 de noviembre de 1942, fue trasladado a Lyon y encarcelado en la prisión de Montluc hasta que fue liberado y llevado a Chalon-sur-Saône. En enero de 1943, Burguiba viajó a Roma invitado por Benito Mussolini, quien esperaba usarlo para debilitar la resistencia francesa en el norte de África. El ministro italiano de Asuntos Exteriores intentó que Burguiba hiciera una declaración a favor de Mussolini, pero no lo logró.
Durante este período, Burguiba conoció a Wassila Ben Ammar, quien sería su futura esposa. Burguiba, vigilado de cerca, no tenía ganas de reanudar la lucha. Solicitó permiso para ir a La Meca, pero las autoridades francesas lo rechazaron. Entonces, Burguiba decidió huir a Egipto, cruzando las fronteras libias disfrazado de caravanero, y llegó a El Cairo en abril.
Viaje a Oriente Medio (1945-1949)
Burguiba se estableció en El Cairo, Egipto, donde recibió ayuda de su antiguo maestro. Allí, conoció a varias personalidades. También contactó con los sirios, quienes acababan de obtener su independencia de Francia. Burguiba sabía que nadie apoyaría su causa si no había tensiones entre Francia y Túnez.
Al darse cuenta de que las promesas de otros países árabes eran vacías, Burguiba decidió crear una oficina del Neo-Destour en El Cairo. Pronto se unieron nacionalistas argelinos y marroquíes. El mensaje de Burguiba se hizo conocido en los medios anglosajones, y el nacionalismo magrebí en El Cairo resultó ser muy efectivo. Burguiba estaba cada vez más convencido de que la clave de la lucha nacionalista estaba en Estados Unidos, ya que los intereses de ese país eran similares a los de los nacionalistas magrebíes. Con el apoyo del cónsul estadounidense en Alejandría, viajó a Nueva York, donde llegó el 2 de diciembre de 1946, durante el período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Allí, Burguiba participó en muchas reuniones con políticos estadounidenses. Durante su viaje, acordó que Estados Unidos apoyaría a Túnez si su caso se presentaba ante las Naciones Unidas. Este acuerdo se basaba en la Carta de las Naciones Unidas, que Francia había firmado y que mencionaba el derecho de los pueblos a la autodeterminación.
Mientras tanto, en El Cairo, la Liga Árabe no aceptó incluir la cuestión del Magreb en su agenda. En este contexto, el congreso de nacionalistas en El Cairo, del 15 al 22 de febrero de 1947, culminó con la creación de una Oficina del Magreb Árabe, que reemplazaría la representación del Neo-Destour. Su misión principal era fortalecer los movimientos de resistencia para presentar el problema ante las Naciones Unidas. Habib Thameur fue nombrado líder de esta organización. En marzo de 1947, Burguiba regresó a El Cairo y, durante casi un año, intentó convencer a otros líderes árabes para que presentaran el caso tunecino ante la ONU. También estableció una segunda representación del Neo-Destour en Damasco. Sin embargo, el progreso fue lento, y el viaje de Burguiba por Oriente Medio solo resultó en una ayuda material de Arabia Saudí.
Dado el poco interés de la Liga Árabe por la independencia del Magreb, los nacionalistas magrebíes creyeron que la mejor manera de ser escuchados era unirse. Sin embargo, pronto surgieron desacuerdos entre tunecinos, marroquíes y argelinos, lo que impidió un enfoque común. El 31 de mayo de 1947, la llegada del líder marroquí Abdelkrim al-Khattabi, que estaba exiliado, revivió el movimiento. Bajo su liderazgo, se fundó el Comité de Liberación del Norte de África el 5 de enero de 1948. Los principios del comité eran el islam, el panarabismo, la independencia total del Magreb y el rechazo a cualquier acuerdo con el colonizador. Khattabi fue nombrado presidente vitalicio, y Burguiba se convirtió en secretario general. Sin embargo, a pesar del prestigio de Khattabi, el comité no tuvo tanto éxito como la Oficina del Magreb Árabe. Los líderes de la Liga Árabe, centrados en la cuestión palestina, se negaron a apoyar a los nacionalistas del Magreb, cuyos problemas empeoraron con una crisis económica.
Mientras Abdelkrim al-Khattabi defendía la lucha armada, Burguiba se oponía, argumentando la autonomía del nacionalismo tunecino, lo que dividió al Comité del Magreb. Las ideas moderadas de Burguiba no gustaron a otros miembros del comité, quienes difundieron rumores para desacreditarlo. Durante su viaje a Libia en la primavera de 1948, el comité lo destituyó de sus funciones de secretario general.
Incluso en Túnez, su exilio en Oriente Medio lo había debilitado. El partido se reestructuró alrededor de Salah Ben Youssef, con la ayuda del Sindicato General de Trabajo tunecino, liderado por Farhat Hached. Burguiba, que estaba en El Cairo apoyando la lucha nacional, se encontró políticamente debilitado y aislado. Consciente de la importancia de continuar la lucha dentro del país, regresó a Túnez el 8 de septiembre de 1949.
Lucha por la independencia (1949-1956)
Fracaso de las negociaciones con Francia
A su regreso a Túnez, Burguiba decidió iniciar una campaña política por todo el país para recuperar el control del partido. De noviembre de 1949 a marzo de 1950, visitó ciudades como Bizerta y Sfax, donde su carisma y habilidad para hablar aumentaron su popularidad. Una vez logrado su objetivo, Burguiba reapareció como líder del movimiento nacionalista y viajó a Francia para iniciar nuevas negociaciones. El 12 de abril de 1950, llegó a París listo para movilizar a la opinión pública, la prensa y los políticos sobre la cuestión tunecina. Tres días después, dio una conferencia donde presentó las principales demandas nacionalistas, resumiéndolas en siete puntos y afirmando la necesidad de "reforzar la cooperación" entre Francia y Túnez.
Su discurso rápidamente atrajo la oposición de todos los grupos nacionalistas. En este contexto, Burguiba sentía que el apoyo del Bey era vital. Envió a Ben Youssef y Hamadi Badra para convencer al bey, Muhammad VIII al-Amin, de que escribiera una carta al presidente francés, recordándole las demandas de Túnez y pidiendo "reformas sustanciales". El 10 de junio, el gobierno francés reaccionó nombrando a Louis Perillier como nuevo Residente General, con el objetivo de "conducir a Túnez hacia el pleno desarrollo de su riqueza y hacia la independencia". Sin embargo, la palabra "independencia" pronto fue reemplazada por "autonomía interna". A pesar de esto, Burguiba estaba ansioso por apoyar el proceso de reforma de Perillier y se mostró satisfecho con los resultados de su visita a París. El caso tunecino se había convertido en uno de los temas más debatidos.
En Túnez, Perillier, apoyado por Burguiba, favoreció la formación de un nuevo gobierno tunecino, liderado por Mohamed Chenik, en el que participarían tres ministros del Neo-Destour. El 17 de agosto de 1950, el gobierno fue investido. Sin embargo, la Coalición francesa de Túnez, opuesta a cualquier reforma, presionó al gobierno colonial y a las autoridades francesas para frenar las negociaciones. Perillier cedió a la presión y, el 7 de octubre, declaró la necesidad de "hacer una pausa en las reformas". Tras el anuncio, estallaron disturbios en Enfida, dejando varios muertos y heridos. Aunque Burguiba intentó calmar el ambiente, su estrategia de colaboración con Francia fue cada vez más cuestionada, especialmente después de la adopción de reformas insuficientes el 8 de febrero de 1951.
Ante el bloqueo de las negociaciones con Francia, Burguiba decidió emprender una gira mundial para obtener apoyo para la causa tunecina. También empezó a considerar la opción de una lucha armada, pidiendo ayuda a Ahmed Tlili, quien creó un comité nacional de resistencia para organizar grupos armados y almacenes de armas. Si durante su última gira por Oriente Medio, cuatro años antes, Burguiba era solo un activista exiliado, ahora se presentaba como líder de un partido gubernamental, lo que le abría las puertas a funcionarios de todos los países que visitaba. Esto le permitió reunirse con el primer ministro indio, Jawaharlal Nehru, y con el presidente indonesio Sukarno. Durante estos encuentros, les pidió que plantearan la cuestión tunecina ante las Naciones Unidas.
Desilusionado por la falta de apoyo de las autoridades egipcias y sauditas, Burguiba viajó a Milán, donde en julio de 1951 se inauguró el congreso de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres. Gracias a Farhat Hached, Burguiba obtuvo una invitación para participar. Allí, fue invitado por la Federación Estadounidense del Trabajo (AFL) a sus reuniones en San Francisco. Entre julio y septiembre, viajó a Londres y luego a Estocolmo. Su estancia en Estados Unidos terminó a mediados de octubre, antes de viajar a España, Marruecos, Roma y Turquía. En su visita a Marruecos, fue expulsado de Tánger por indicación de representantes de Francia, Holanda y Portugal. Sin embargo, la decisión fue tomada en contra de la opinión de Estados Unidos, Inglaterra y España.
Mientras Burguiba continuaba su gira mundial, la situación en Túnez empeoraba: las reformas prometidas estaban bloqueadas, y las negociaciones continuaban en París. El 31 de octubre, el gran visir Chenik entregó oficialmente a Schuman un memorándum que resumía las demandas tunecinas sobre la autonomía interna. El 15 de diciembre, Burguiba llegó a París, donde recibió la respuesta de Schuman, quien afirmó el principio de soberanía conjunta y la "naturaleza final de los lazos" que unían a Túnez con Francia. Burguiba declaró a la AFP: "Una página de la historia tunecina ha terminado. La respuesta de Schuman abre un período de represión y resistencia, con su inevitable dolor y resentimiento [...] Exasperado, desilusionado, el pueblo tunecino demostrará al mundo entero que ya es lo suficientemente maduro para la libertad".
Lucha armada
Tras el fracaso de las negociaciones con Francia, Burguiba permaneció en París, donde consideraba esencial establecer contactos. Su objetivo era conseguir fondos y armas para la lucha armada, y convencer a otros países de presentar la cuestión tunecina ante las Naciones Unidas. Después de muchos encuentros sin éxito, Burguiba planeó una estrategia para llevar la causa tunecina ante la ONU. A su regreso a Túnez el 2 de enero de 1952, se reunió con el bey y el gran visir Chenik, a quienes pidió que presentaran la solicitud ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, fingiendo que la reclamación contaría con el apoyo del delegado estadounidense. Mientras tanto, el líder nacionalista viajó por todo el país para informar a los tunecinos sobre el recurso ante la ONU. Sus discursos se volvieron cada vez más enérgicos, terminando con su declaración en Bizerta el 13 de enero, donde amenazó al gobierno si una delegación no volaba inmediatamente a la ONU. La petición fue firmada el 11 de enero por todos los ministros del gobierno. El 13 de enero, Salah Ben Youssef y Hamadi Badra volaron a París, donde presentaron su petición.
A Francia no le gustó este movimiento y reaccionó nombrando a Jean de Hauteclocque como nuevo Residente General. Conocido por su mano dura, De Hauteclocque prohibió el congreso del Neo-Destour del 18 de enero y arrestó a varios activistas, incluido Burguiba. Burguiba fue trasladado a Tabarka, donde conservó cierta libertad de movimiento. Pronto comprendió que De Hautecloque quería que se exiliara a la vecina Argelia.
Tras el levantamiento popular en Túnez, los países afroasiáticos miembros de la ONU respondieron a la petición de Ben Youssef y Badra, presentando el caso tunecino ante el Consejo de Seguridad el 4 de febrero de 1952. Sin embargo, el 26 de marzo, De Hauteclocque puso a Chenik y otros bajo arresto domiciliario, mientras que Burguiba fue trasladado a Remada.
Con el objetivo de debilitar el movimiento nacionalista, De Hauteclocque separó a Burguiba y a sus compañeros. Así, el 21 de mayo de 1952, Burguiba fue enviado a las islas de La Galita. Instalado en una antigua fortaleza abandonada, comenzó a sufrir problemas de salud por la humedad. En Francia, quienes se oponían a un acuerdo desacreditaban a Burguiba, acusándolo de preparar la lucha armada mientras negociaba. Mientras tanto, el bey resistió la presión del Residente General y no aprobó las reformas "mínimas" exigidas por De Hauteclocque, consideradas insuficientes por los nacionalistas. Esto desató una ola de muertes, y Farhat Hached fue atacado y falleció el 5 de diciembre de 1952. Burguiba, sin correspondencia ni visitas, siguió pidiendo la intensificación de la resistencia.
Ante este clima de inestabilidad, el 23 de septiembre de 1953, el Gobierno francés decidió reemplazar a De Hauteclocque por Pierre Voizard como Residente General. Intentando calmar el levantamiento, Voizard levantó el toque de queda, la censura de prensa y liberó a los líderes nacionalistas. También prometió nuevas reformas que atrajeron a los tunecinos. Sin embargo, Burguiba permaneció retenido en las islas de La Galita, aunque las condiciones de su arresto mejoraron. El liberalismo de Voizard atrajo al pueblo tunecino, cansado de la violencia. Pero dentro del Neo-Destour, no todos estaban de acuerdo con la política del nuevo Residente General. Tanto Burguiba como Ben Youssef se oponían a la colaboración entre el bey y el gobierno colonial. Después de un período de indecisión, el Neo-Destour ordenó retomar las acciones de resistencia, y los ataques en el campo se reanudaron.
El 15 de mayo, Voizard intentó restablecer la paz, perdonando a la mitad de los tunecinos condenados tras los disturbios, y puso fin al exilio de dos años de Burguiba en La Galita. El 20 de mayo de 1954, Burguiba fue trasladado a la isla de Groix, aunque se mantuvo firme en su postura, afirmando que: "la solución al problema tunecino era sencilla [...] El primer paso era dar a Túnez su autonomía interna, respetando los derechos económicos, estratégicos y culturales de Francia. Ahora, esto es un verdadero enfrentamiento".
Sin embargo, estas nuevas medidas no cambiaron la situación. Después de que la Coalición francesa tunecina pidiera que Burguiba no pudiera reanudar su "campaña de agitación", el gran visir Mzali sufrió un ataque en el que casi falleció. El 17 de junio, Mzali renunció a su cargo sin sucesor. Esta dimisión no dejó a nadie disponible para negociar con el nuevo gobierno de Pierre Mendès France, investido el 18 de junio. El nuevo jefe de gobierno no toleraría "ninguna vacilación en la implementación de las promesas hechas a personas que confiaban en Francia".
Acuerdos de autonomía interna
El 21 de julio, por orden de Mendès France, Burguiba fue trasladado al castillo de La Ferté en Amilly para preparar las próximas negociaciones. El 31 de julio, el nuevo primer ministro francés viajó a Túnez, donde pronunció un discurso declarando que el gobierno francés reconocía unilateralmente la autonomía interna del país. Por su parte, Burguiba recibió en París a representantes del Neo-Destour. En Túnez, se creó un nuevo gobierno, dirigido por Tahar Ben Ammar, para negociar con las autoridades francesas.
Las negociaciones comenzaron el 18 de agosto. Sin embargo, la situación en el país empeoró con la continuación de la lucha armada. Las negociaciones comenzaron con un serio enfrentamiento entre militares y rebeldes. Todos estaban seguros de que solo una orden del Neo-Destour convencería a los insurgentes de detener la lucha. Sin embargo, el partido se dividió entre quienes querían continuar la lucha y quienes querían que terminara. En este contexto, Burguiba parecía ser la única persona con la autoridad necesaria para resolver el problema.
Mendès France, convencido de que la situación amenazaba su política colonial, estaba ansioso por conocer a Burguiba. Así, en octubre, Burguiba fue trasladado a Chantilly. La entrevista secreta entre ambos hombres terminó con la promesa de Burguiba de poner fin a los disturbios en el país. Sin embargo, el inicio del levantamiento civil armado en Argelia el 1 de noviembre de 1954 no permitió que la situación mejorara. Los políticos franceses acusaron a sus compañeros tunecinos de colaborar con los rebeldes argelinos, frenando las negociaciones. La situación empeoró el 11 de noviembre, cuando el gobierno francés envió un ultimátum a Túnez, anunciando que las conversaciones se detendrían hasta que terminaran los disturbios.
El 14 de noviembre, bajo la presión de Burguiba, el Consejo Nacional del Neo-Destour invitó a los gobiernos francés y tunecino a "encontrar una solución al problema de los fellaghas". El 20 de noviembre se llegó a un acuerdo que pedía a los rebeldes "entregar sus armas a las autoridades francesa y tunecina", y prometía que los activistas no serían procesados y se tomarían medidas para facilitar su reinserción en la sociedad. Burguiba intervino, por segunda vez, para calmar a los líderes de la resistencia, mostrando su confianza en Mendès France y reiterando la garantía de seguridad de los nacionalistas. Después de dos años de malestar, las conversaciones finalmente se reanudaron.
No obstante, las negociaciones para la autonomía interna no fueron unánimes: el 31 de diciembre de 1954 en Ginebra, Ben Youssef, que deseaba la independencia inmediata, criticó las negociaciones, oponiéndose a la política gradual de Burguiba. Ben Youssef sabía que su declaración atraería a muchos activistas, causando pánico entre la facción moderada del partido. Sin embargo, sus temores se calmaron con la llegada de Edgar Faure al gobierno francés el 23 de febrero. Faure prometió continuar las negociaciones iniciadas por su predecesor. Con la promesa de Faure como garantía, ahora era necesario que el Neo-Destour uniera a los dos líderes opositores y presentara a Francia un frente nacionalista fuerte y unido. Sin embargo, Ben Youssef (apoyado por los argelinos) se opuso a las negociaciones, argumentando que no apoyaría ninguna negociación que no condujera inmediatamente a la independencia de todo el pueblo magrebí. A pesar de los intentos de reconciliar a los dos líderes, la ruptura fue definitiva.
El 21 de abril de 1954, la reunión entre Faure y Burguiba concluyó con los acuerdos de autonomía interna. El 1 de junio de 1955, Burguiba regresó triunfante a Túnez a bordo del Ville d'Alger. Llegó al puerto de La Goleta, cerca de la ciudad de Túnez. Se acercó al puente, agitando su brazo y levantando un gran pañuelo blanco para saludar a la multitud. "Éramos cientos de millones de personas los que veníamos a recibirle, interminablemente en un gran frenesí", diría su exministro Tahar Belkhodja. El 3 de junio, Ben Ammar y Faure firmaron los convenios de autonomía interna.
Tras la ratificación de los acuerdos, el 3 de junio comenzaron las consultas para formar el primer gobierno. Sin embargo, Burguiba no se sentía capaz de liderarlo. Consideraba que era demasiado pronto para que Francia tuviera al "Comandante Supremo" al frente del gobierno tunecino. Así, Tahar Ben Ammar fue elegido nuevamente para dirigir el gobierno. Era la primera vez desde 1881 que el gobierno tunecino no incluía a un miembro francés. Mientras pronunciaba discursos por todo el país, Burguiba destacó este hecho fundamental, demostrando que los acuerdos otorgaban una gran autonomía al pueblo tunecino en la gestión de sus asuntos. Con la defensa de su estrategia, Burguiba cerraba el camino al "extremismo" de Ben Youssef, quien sería apoyado por los comunistas y el Destour.
Conflictos internos
El 13 de septiembre, Ben Youssef regresó a Túnez desde El Cairo. Para reconciliarse y persuadirlo de reconsiderar su posición, Burguiba fue al aeropuerto a darle la bienvenida a su "viejo amigo". Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano y la paz duró poco: Ben Youssef no tardó en criticar la modernidad de Burguiba, que, según él, pisoteaba los valores árabes e islámicos. Invitó a los opositores de Burguiba a reanudar la lucha armada para liberar todo el Magreb. En respuesta, la dirección del Neo-Destour destituyó a Ben Youssef de todos sus cargos. La decisión se mantuvo en secreto hasta el 13 de octubre, sorprendiendo a muchos activistas. Muchas facciones del partido se opusieron a la decisión, declarando a Ben Youssef como su líder legítimo.
Los académicos panárabes de Ezzitouna, sintiéndose cada vez más marginados por la línea occidental del partido, apoyaron a la facción más conservadora. La inestabilidad volvió a dominar el país. Ante los intentos de sabotaje de los seguidores de Burguiba, Ben Youssef multiplicó sus giras por todo el territorio. Se crearon células que lo apoyaban en todas partes, mientras que muchos activistas del Neo-Destour esperaban para ver quién de los dos líderes se imponía. Para ganar la batalla, Burguiba inició una campaña informativa muy exitosa, especialmente en Kairuán, que decidió unirse a su causa.
En este contexto, en noviembre de 1955 se celebró un congreso para elegir cuál de los dos líderes tendría la última palabra. Burguiba ganó el debate con la aprobación de los delegados. Así, su oponente fue expulsado del partido y se aprobaron los convenios de autonomía interna. Indignado por las consecuencias del congreso, Ben Youssef organizó numerosas reuniones para demostrar su poder. En el interior del país, obtuvo el apoyo de los fellaghas, quienes reanudaron los enfrentamientos. Células burguibistas y colonos franceses comenzaron a ser atacados. Los fellaghas querían la independencia, incluso por las armas, y poner fin al poder de Burguiba. El 1 de junio, la unidad de Túnez se rompió con la división del partido en dos facciones: los partidarios de Burguiba y sus oponentes, que se unieron a Ben Youssef.
Esta situación problemática provocó conflictos internos. Durante los enfrentamientos entre las dos facciones, hubo asesinatos, detenciones, maltrato en prisiones, secuestros y ataques de milicias, causando decenas de muertos y heridos. Debido a esto, las autoridades francesas decidieron acelerar la implementación de los acuerdos de autonomía, transfiriendo la responsabilidad policial al Gobierno tunecino a partir del 28 de noviembre. Esta decisión no gustó a Ben Youssef, quien temía las amenazas del ministro del Interior. Para cancelar las decisiones del Congreso de Sfax, Ben Youssef solicitó la celebración de un segundo congreso. Sin embargo, el gobierno tunecino se opuso. Poco después, Ben Youssef fue acusado de incitar a la rebelión y huyó del país. El 28 de enero de 1956, Ben Youssef cruzó clandestinamente la frontera hacia Libia. A la mañana siguiente, los tres periódicos que lo apoyaban fueron confiscados y ciento quince personas fueron detenidas. El gobierno creó un tribunal penal especial para juzgar a los rebeldes. Mientras tanto, Ben Youssef continuó instando a sus seguidores a retomar la lucha. El contexto regional estaba a su favor porque el Magreb estaba en plena lucha de liberación, y los nacionalistas pronto se decepcionarían al ver que los acuerdos de autonomía interna solo daban a los tunecinos unos pocos poderes limitados.
Convencido de que debía actuar, Burguiba voló a París en febrero de 1956 para persuadir a las autoridades francesas, que se resistían a iniciar negociaciones sobre la independencia total. El 20 de marzo de 1956, en el Quai d' Orsay, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Christian Pineau, firmó el acta de independencia, junto con Tahar Ben Ammar. Las cláusulas ponían fin al Tratado de Bardo. Sin embargo, Francia mantendría su base militar de Bizerta durante muchos años. El 22 de marzo, Burguiba regresó a Túnez victorioso, donde declaró que "después de un período de transición, todas las fuerzas francesas deberán evacuar Túnez, incluido Bizerta".
Primer ministro del Reino de Túnez (1956-1957)
Tras la independencia, proclamada el 20 de marzo de 1956, el 25 de marzo se eligió una Asamblea Nacional Constituyente para redactar una constitución. Burguiba se presentó como candidato del Neo-Destour en Monastir. El 8 de abril, la asamblea celebró su sesión de apertura, presidida por Mohamed Chenik. Ese mismo día, Burguiba fue elegido presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, pronunciando un discurso que resumía sus ambiciones para el país:
"No podemos olvidar que somos árabes, que estamos arraigados en la civilización islámica, igual que tampoco podemos ignorar el hecho de vivir en la segunda mitad del siglo XX. Queremos formar parte del camino de la civilización y tener un lugar en nuestro tiempo". Con el comienzo de esta nueva etapa, la misión de Tahar Ben Ammar como jefe de gobierno había terminado, por lo que decidió presentar su dimisión al bey al-Amin. El 9 de abril, el Neo-Destour nominó a Burguiba como candidato y, tras aceptar el cargo, fue invitado por el rey (el antiguo bey) para formar un gobierno. El 15 de abril, Burguiba presentó su nuevo gobierno, compuesto por un vice primer ministro, Bahi Ladgham, dos ministros de estado, Mongi Slim y Mohamed Masmoudi, once ministros y dos secretarios de estado. Burguiba también combinó su mandato con el de Ministro de Defensa y Asuntos Exteriores.
Burguiba se convirtió en el 20º Jefe de Gobierno de Túnez y en el segundo del Reino de Túnez. Una vez investido oficialmente como primer ministro, Burguiba expresó su voluntad de "establecer las bases de la soberanía, mejorando los medios dentro y fuera del país, poniendo esta soberanía únicamente al servicio de los intereses tunecinos, implementando una política valiente y sensata y así liberar la economía nacional del estancamiento y el desempleo".
Como primer ministro, Burguiba trabajó para asegurar la independencia total del país. Tras su nombramiento, la dirección de la policía pasó de las autoridades francesas a las tunecinas. Paralelamente, la gendarmería francesa fue reemplazada por la Guardia Nacional el 3 de octubre de 1956. Burguiba también reorganizó las divisiones administrativas de Túnez, creando una estructura moderna con catorce provincias, divididas en delegaciones y administradas por gobernadores. De igual manera, Burguiba continuó negociando con Francia para obtener el control total de la diplomacia, ya que Francia aún podía interferir en temas de política exterior. Así, el 3 de mayo, Burguiba creó el Ministerio de Asuntos Exteriores tunecino, invitando a otros países a establecer embajadas y relaciones diplomáticas con Túnez. Nombró a cuatro embajadores en países árabes y aprobó que Estados Unidos y Turquía iniciaran una misión diplomática en Túnez. Bajo presión, Francia aceptó la apertura de las embajadas y firmó un acuerdo con el Gobierno tunecino el 16 de mayo. El 12 de noviembre, Túnez se convirtió en miembro oficial de las Naciones Unidas.
Burguiba también abordó asuntos de defensa con Francia, sosteniendo que los militares franceses debían abandonar el país. El 30 de junio se fundaron las Fuerzas Armadas tunecinas, y Burguiba solicitó la evacuación progresiva del resto de soldados franceses que aún estaban en el país. Sin embargo, esto no agradó a Francia, ya que el país europeo deseaba reprimir a los rebeldes argelinos utilizando las bases militares que poseía en Túnez. Tras los enormes desacuerdos, la visita de Maurice Faure, el secretario de Asuntos Exteriores francés, terminó con la decisión de reagrupar a las fuerzas francesas en Bizerta en menos de dos años, y la creación de una alianza militar franco-tunecina. Sin embargo, Burguiba se negaba a negociar mientras una parte del territorio tunecino aún estuviera ocupada por las fuerzas francesas, declarando que el tiempo del protectorado había terminado. Así, Burguiba viajó al Reino Unido y a Estados Unidos, donde solicitó el apoyo de esos países.
Durante su mandato, Burguiba emprendió una campaña de reformas fundamentales para modernizar la sociedad tunecina. El 31 de mayo de 1956, puso fin a los privilegios de la realeza. A partir de ese momento, tanto los príncipes como las princesas reales estaban sujetos a la ley, en igualdad de condiciones que el resto de los ciudadanos. Burguiba también eliminó la figura jurídica del habous, muy arraigada en la tradición islámica. También puso fin a los propósitos educativos de la mezquita de Ezzitouna de implementar la educación religiosa en la escuela, creando la Facultad de Estudios Religiosos en la Universidad de Ezzitouna, una institución pública adscrita al Ministerio de Educación. Asimismo, las escuelas coránicas quedaron bajo la supervisión del gobierno, siendo el Ministerio de Educación la institución que preparaba sus programas y se encargaba de su gestión. Se proclamó la educación gratuita y se creó una Escuela Superior para capacitar a futuros docentes.
En cuanto a los derechos de las mujeres, Burguiba inició una campaña para su emancipación, que incluía: la educación universal de las niñas, el acceso de las mujeres al mercado laboral en igualdad de condiciones que los hombres, el libre consentimiento al casarse y la eliminación del velo. Aunque los conservadores se opusieron firmemente a sus reformas, la campaña fue un gran éxito. El 13 de agosto de 1956, Burguiba promulgó un nuevo Código Civil que puso fin a la institución del repudio, que fue sustituida por el divorcio. De igual manera, el Código Civil otorgó a las mujeres el derecho a elegir libremente marido sin necesidad de permiso paterno; la poligamia quedó prohibida y se estableció la igualdad entre padres, madres y niños. Burguiba también reformó el sistema judicial, eliminando los tribunales religiosos y creando tribunales gubernamentales.
En el segundo aniversario de su regreso a Túnez, el 1 de junio de 1957, Burguiba quiso proclamar un sistema republicano; sin embargo, la crisis en las relaciones franco-tunecinas por la suspensión de la ayuda financiera de Francia provocó el aplazamiento del evento. El 22 de julio, la dirección del Neo-Destour invitó a los miembros de la Asamblea Constituyente a una reunión especial que tuvo lugar el 25 de julio. En esta sesión se proclamó la República y la monarquía (que tenía 252 años de antigüedad) fue abolida. El patrimonio del rey fue confiscado por el gobierno y usado para saldar las deudas del estado. Con este cambio de régimen, Burguiba fue nombrado presidente interino de Túnez hasta que se adoptó una nueva constitución. Asimismo, el gobierno de Burguiba fue disuelto y se abolió el cargo de primer ministro.
Presidencia (1957-1987)
El Túnez moderno (1957-1962)
El 8 de febrero de 1958, las fuerzas armadas francesas bombardearon Sakiet Sidi Youssef, un pueblo cerca de la frontera con Argelia. Hubo muchas víctimas, con setenta y dos muertos. El 12 de febrero, Burguiba prohibió la entrada de buques de guerra franceses en aguas tunecinas y presentó un proyecto de ley para anular un acuerdo de 1942 que establecía que Bizerta era un puerto francés. El proyecto de ley fue aprobado el 14 de febrero.
Gracias a la presión diplomática, Burguiba logró que Francia abandonara todo el territorio tunecino, excepto Bizerta. Tres años después del ataque a la ciudad, las negociaciones culminaron con la evacuación total de las tropas francesas de Túnez el 15 de octubre de 1963.
El 1 de junio de 1959, en su discurso tras la firma de la nueva constitución, Burguiba se dirigió a la nación para recordar el tiempo de los califas: "Todo dependía de las habilidades personales y cualidades morales de los líderes. Los únicos límites a su poder derivaban de las exigencias de la religión. Esto era en cuanto al título. En lo que respecta a la duración de su mandato, gobernaban de por vida. Solo la muerte ponía fin a su poder. Podían envejecer, volverse incapaces de asumir la autoridad y caer bajo la influencia de un séquito de cortesanos u otras criaturas. Era un callejón sin salida [...]".
A diferencia de otros líderes árabes, durante su gobierno, Burguiba priorizó la educación y la salud, en lugar del armamento y la defensa. Estableció un sistema educativo moderno, nombrando al famoso escritor Mahmoud Messadi, Ministro de Educación. También puso fin al plan de estudios que combinaba las enseñanzas religiosas con las occidentales, creando escuelas públicas y gratuitas. Asimismo, Burguiba abolió el sistema dual de justicia, poniendo fin a la influencia de los religiosos en el poder judicial y estableció tribunales civiles.
En febrero de 1961, invitó a sus ciudadanos a no ayunar durante el Ramadán para luchar contra el subdesarrollo y sentar las bases de un nuevo estado moderno. En marzo de 1964, en un acto sorprendente, bebió abiertamente en la televisión un vaso de zumo. Su falta de respeto por el ayuno y su discurso sobre el profeta Mahoma, publicado por un periódico libanés, llevó a Abdelaziz ibn Baz (el Gran Muftí de Arabia Saudí) a acusarlo de apostasía en 1974.
El 20 de diciembre de 1962, el gobierno anunció que había descubierto un plan para derrocar al presidente Burguiba y atacarlo. Más tarde se reveló que el complot había sido preparado por militares y algunos ciudadanos leales a Ben Youssef. La conspiración fue descubierta cuando un oficial arrepentido informó a Bahi Ladgham, el teniente de Burguiba, sobre el plan y dio nombres. Entre los responsables del intento de golpe de Estado estaba el sobrino de Mahmoud El Materi, Moncef El Materi. Durante los juicios, uno de los suboficiales acusados declaró que nunca perdonaría a Burguiba por "haberlos sacrificado durante la batalla de Bizerta". Condenados a muerte por un tribunal militar, los once culpables fueron ejecutados. Asimismo, el partido comunista de Túnez y la revista La Tribune du Progrès fueron prohibidos.
Experimento socialista y relaciones internacionales (1960s)
Ahmed Ben Salah, una figura importante en el gobierno y partidario de una política económica socialista, contaba con el pleno respaldo de Burguiba, quien lo protegía de los ataques de otros ministros: "Soy personalmente responsable del plan que pongo bajo mi autoridad. A partir de ahora, este proyecto será el trabajo del partido". El 17 de noviembre de 1961, Ben Salah fue nombrado miembro de la dirección del partido, a pesar de no haber tenido éxito en las elecciones del comité central en 1959.
La política socialista, llevada a cabo por Ben Salah, se centró en el sector comercial, donde creó una red centralizada de oficinas estatales y cooperativas. El 28 de abril de 1964, Burguiba exigió el inicio de negociaciones sobre las tierras agrícolas en manos de extranjeros. En respuesta, el 2 de mayo, Francia anunció la suspensión de su ayuda financiera a Túnez. Así, el 12 de mayo, Burguiba decidió aprobar la nacionalización de las tierras. Sin embargo, los campesinos se resistían a este sistema, y la burocracia debilitó la ideología gubernamental: algunas unidades agrícolas permanecían sin ser trabajadas, mientras que otras tenían más trabajadores de lo necesario.
El 30 de septiembre, el primer plan quinquenal terminó con una devaluación del 25% del dinar. No obstante, durante el congreso de Bizerta, la estrategia colectivista fue aprobada con el establecimiento de tres sectores económicos (público, privado y cooperativo). El Neo-Destour fue rebautizado como Partido Socialista Desturiano (SDP) y se creó un comité central, basado en un modelo de partido comunista, que incluía ministros, gobernadores, oficiales del partido regional y algunos altos funcionarios. Así, la dirección del partido comenzó a ser elegida por el presidente entre los miembros del comité central. Al final del congreso, para tomar el control del sindicato Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT), el único sindicato del país, el SDP decidió crear sus propias células profesionales en todos los negocios para competir con los grupos laborales. De esta forma, el partido presidencial logró el control del país.
En julio de 1965, tras un accidente en un barco que unía Sfax con las islas Kerkennah, el presidente de la UGTT, Habib Achour, fue arrestado y sustituido al frente del sindicato. Desde ese momento, el sistema de partido estatal y la unión Burguiba-Ben Salah "sumieron a Túnez en una carrera precipitada" en la que las libertades fundamentales fueron sistemáticamente limitadas. Los primeros problemas comenzaron el 15 de diciembre en Masakin: el pueblo protestó contra la obligación de que ciento cuarenta y siete pequeños agricultores tuvieran que formar nuevas cooperativas de árboles frutales, que reemplazarían sus 80.000 olivos. A raíz de los hechos, el gobierno arrestó a diez manifestantes y desarticuló las células del partido que apoyaban a los agricultores.
Durante este período, Burguiba se diferenció de otros líderes árabes en el manejo de la política exterior del país. Veinte años antes de que el presidente egipcio, Anwar el-Sadat, normalizara sus relaciones con el Estado de Israel, Burguiba estaba a favor de establecer relaciones diplomáticas con el joven estado. Durante una gira por Oriente Medio, desafiando a Gamal Abdel Nasser, Burguiba pronunció un discurso en Jericó el 3 de marzo de 1965, recordando que "la política de todo o nada había llevado a Palestina a la derrota". También propuso a las Naciones Unidas la creación de una federación entre los estados árabes de la región y el Estado de Israel.
El 14 de marzo, Burguiba sufrió un problema de salud. A partir de entonces, se pensó que podría fallecer en cualquier momento y se empezó a considerar su sucesión. El 5 de junio, el estallido de la Guerra de los Seis Días provocó disturbios en Túnez: el Centro Cultural Americano, la Gran Sinagoga y la avenida comercial de Londres fueron saqueadas e incendiadas. El 25 de enero de 1969, cuando Burguiba ordenó a los habitantes de Ouerdanin ceder a la cooperativa todas sus tierras y huertos, estallaron protestas. El levantamiento, reprimido por disparos de las fuerzas de seguridad, terminó con dos muertos y decenas de heridos. En todo el país estallaron disturbios por las mismas razones: el rechazo a una colectivización forzosa. El 3 de agosto, Ben Salah presentó a Burguiba un Decreto-ley sobre la generalización del sistema de cooperativas en el sector agrícola. Sin embargo, Burguiba, aconsejado por sus ministros, no firmó el proyecto. Al día siguiente anunció que el sistema cooperativo dejaba de implementarse por amenazar con romper el equilibrio. El 8 de septiembre, Burguiba hizo pública una declaración en la que anunció la destitución de Ben Salah. El 8 de junio de 1970, el presidente se disculpó ante el pueblo tunecino por el fracaso del experimento socialista diciendo: "Constitucionalmente el primer y único responsable, soy yo, Habib Bourguiba. Soy humano y, por lo tanto, estoy sujeto a error [...] Me disculpo por el pueblo y especialmente por los activistas que sufrieron [...] Sé que están convencidos de mi buena fe [...] pero abusó de mí un hombre que esgrimía mentiras con un discurso engañoso”.
Reformas y salud (1970s)
De ahora en adelante, Burguiba instaría a la adopción de reformas con el objetivo de reestructurar tanto la organización estatal como el SDP. A principios de agosto, anunció su voluntad de concentrar su gobierno en una agenda social y económica, insistiendo en la obtención de justicia para los afectados por el colectivismo y, de este modo, dejando a un lado las cuestiones políticas.
Terminada la era socialista, el gobierno quedó en manos del liberal Hedi Nouira, nombrado primer ministro en 1970. Durante el Congreso de Monastir, que comenzó el 19 de junio, Burguiba, que había regresado tras seis meses de tratamiento en el extranjero, nombró a tres "herederos" sucesivos: Nouira, Mestiri y Masmoudi. Sin embargo, el Comité Central tomó una dirección que no agradó al presidente. Después del intento de Mestiri de controlar el partido, Burguiba lo suspendió, junto con sus aliados, y disolvió el Comité Central: "Está más que claro que, mientras siga siendo de este mundo, me mantendré como jefe de Estado".
En mayo de 1973, Burguiba se reunió con el presidente argelino Houari Boumédiène en El Kef, donde el líder argelino declaró: "El comienzo es la unión entre Argelia y Túnez. Lo haremos metódicamente, pero con firmeza [...] procederemos por etapas". Burguiba, sorprendido por la proposición, sugirió a Boumédiène que Argelia podría ceder Constantina para restablecer un mejor equilibrio geográfico entre los dos países. Durante una entrevista con el semanario egipcio El Moussaouar, el 20 de septiembre, Burguiba compartió sus ideas sobre cualquier otro proyecto de unión:
La creación de los Estados Unidos del Norte de África, incluyendo Túnez, Libia, Argelia, Marruecos y Mauritania, se realizaría por etapas, lenta y cuidadosamente, y tomaría todo el tiempo que fuera necesario: 10 años o 100 años [...] La capital de la federación deberá ser Kairuán, la capital espiritual de los musulmanes durante siglos y, de esta forma, simbolizar el regreso a la antigua gloria del mundo islámico.
En enero de 1974, Burguiba se encontró con el líder libio Muammar el-Gaddafi en Yerba. Este le expuso la idea de una unión entre Libia y Túnez. Al final de la entrevista, el ministro de Asuntos Exteriores de Túnez, Mohamed Masmoudi, declaró: "Los dos países formarán una sola república, la República Árabe Islámica, con una sola constitución, una bandera, un presidente, un ejército y el mismo cuerpo ejecutivo, legislativo y judicial. Se organizará un referéndum el 18 de enero de 1974". Burguiba se mostró favorable a la creación de la República. Sin embargo, la oposición dentro y fuera del país provocó que Burguiba abandonara el proyecto, alegando la inconstitucionalidad del referéndum.
Fue en ese contexto, en el que el nuevo congreso del SPD decidió enmendar la constitución para instituir a Habib Burguiba como presidente vitalicio, el 18 de marzo de 1975. La revisión constitucional añadió un párrafo al Artículo 39, que especificaría que: "Excepcionalmente y en consideración de los excepcionales servicios del Comandante Supremo Habib Burguiba al pueblo tunecino al que ha liberado del control colonial y al que ha convertido en una nación moderna, independiente y unida, que disfruta de la plena soberanía, la Asamblea Nacional ha proclamado al presidente Habib Burguiba presidente de por vida".
En abril de 1976, otra enmienda constitucional confirmó al primer ministro como sucesor constitucional del presidente. Durante el otoño, Burguiba sufrió una depresión que lo afectaría constantemente durante cinco años. Encerrado en el palacio de la República, apenas recibía visitas.
A pesar de la crisis, la década de 1970 fue un período de reactivación económica, tras el fracaso del socialismo. Bajo la dirección de Nouira, el gobierno adoptó una política de liberalización de la economía. Sin embargo, el 26 de enero de 1978, tuvo lugar uno de los eventos más difíciles de la presidencia de Burguiba: el Jueves Negro. Tras el llamamiento de la UGTT a la huelga general, miles de manifestantes, sobre todo jóvenes, se reunieron en las calles comerciales del centro y en los barrios burgueses, donde levantaron barricadas y prendieron fuego a edificios públicos. Al mediodía, el presidente Burguiba ordenó al ejército poner fin al levantamiento. Los disturbios terminaron con decenas de muertos. Por la tarde, Burguiba declaró el estado de emergencia e impuso un toque de queda, que duró casi tres meses.
Transcurridos veinte meses desde los eventos del Jueves Negro, un nuevo Congreso del SPD se celebró el 5 de septiembre de 1979. Fiel a su estrategia de no reabrir heridas, Burguiba dio la orden de pasar página. En su discurso de apertura, Burguiba apeló al interés nacional, llamando a "todos los tunecinos, cualesquiera que sean sus diferencias de opinión y orientación para que apoyen la construcción del Estado (tunecino), el instrumento de reactivación nacional, seguridad y estabilidad". Aunque el clima del congreso era de aparente unidad, la brecha entre el presidente y quienes rechazaban la apertura y el sistema multipartidista, en nombre de la unidad nacional, se había hecho cada vez más grande. En este contexto, el Congreso votó una resolución para excluir a Achour, presidente de la UGTT y del SPD, y varios ministros renunciaron. El congreso también intentó imponer a Nouira, eligiéndole secretario general del partido. Después de la intervención de Burguiba, estas decisiones no llegaron a publicarse, solo siendo anunciadas una vez en la Radio Nacional.
Crisis y fin de su gobierno (1980s)
La década de 1980 comenzó con Túnez en una profunda crisis. El favoritismo había crecido tanto que impedía el desarrollo económico y social. La situación empeoró con el envejecimiento de Burguiba: su salud ya no le permitía manejar adecuadamente los asuntos del estado, y surgieron disputas por el poder entre los compañeros del partido. Durante el congreso del SPD de abril de 1981, Burguiba pronunció un discurso histórico a favor de la diversidad política:
El grado de madurez alcanzado por el pueblo tunecino, las aspiraciones de los jóvenes y el interés que existe por involucrar a todos los tunecinos en la toma de decisiones, cualesquiera que sean sus opiniones, estén dentro o fuera del partido, nos invita a decir que no vemos ningún inconveniente en la aparición de organizaciones nacionales políticas o sociales.
Burguiba cumplió sus promesas con la legalización de dos nuevos partidos políticos el 19 de noviembre de 1983: el Movimiento de los Demócratas Socialistas y el Partido de la Unidad Popular.
Una caída en el precio del petróleo a finales de 1983 redujo los ingresos del estado tunecino. Para pagar los crecientes gastos, el presidente Burguiba solicitó un préstamo al Fondo Monetario Internacional (FMI). El préstamo del FMI estaba condicionado a recortes en el gasto público. Así, el 29 de diciembre de 1983, el gobierno puso fin a las ayudas alimentarias, provocando un aumento inmediato del precio del pan y la harina. Los disturbios estallaron ese mismo día en el sur del país, y el 3 de enero de 1984, después de que las protestas se extendieran a Túnez y Sfax, el gobierno decretó el estado de emergencia. Tras el final del levantamiento, el 5 de enero de 1984, más de ciento cincuenta personas habían fallecido. El 6 de enero de 1984, Burguiba anunció que se detendría el aumento del precio del pan y la harina.
El 1 de octubre de 1985, Israel lanzó un ataque contra la sede de la Organización para la Liberación de Palestina cerca de la capital tunecina. Las Fuerzas Armadas de Túnez no pudieron evitar la destrucción del lugar, y aunque la mayoría de los fallecidos eran miembros de la OLP, también hubo víctimas civiles. Como represalia, Burguiba disminuyó las relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
En el ámbito local, el primer ministro Mzali terminó con el círculo cercano de Burguiba. En julio de 1985, sustituyó a Allala Laouiti, un leal compañero del presidente, por Mansour Skhiri. También logró expulsar del palacio presidencial a Burguiba Jr., quien finalmente fue despedido por su padre el 7 de enero de 1986. Para poner fin a la grave crisis económica, el 8 de julio de 1986, Burguiba reemplazó a Mzali por Rachid Sfar como su nuevo primer ministro. Estas luchas por el poder favorecieron el ascenso de grupos políticos religiosos. Así, el presidente encontró en el general Zine El Abidine Ben Ali, nombrado ministro del Interior en 1986, un gran apoyo contra estos grupos. Ben Ali fue elevado al rango de primer ministro en octubre de 1987.
Burguiba había estado enfermo desde 1970. A medida que avanzaba la década de 1980, su comportamiento se volvió cada vez más impredecible. Despidió al gerente general de un importante periódico solo 24 horas después de haberlo designado. También hizo lo mismo con el jefe de la delegación de la ONU del país pocos días después de haberlo nombrado, y se olvidó de que había firmado un decreto para nombrar nuevos ministros. Las cosas llegaron a un punto crítico en noviembre de 1987 cuando Burguiba ordenó nuevos juicios para quince personas y exigió que doce de ellas fueran ejecutadas el siguiente fin de semana. Esta última orden confirmó a varios opositores y partidarios de Burguiba que el presidente ya no actuaba ni pensaba racionalmente.
Después de la publicación de un informe, por varios médicos de Burguiba, en el que declaraban que el presidente era mentalmente incapaz para desempeñar sus funciones, el primer ministro Zine El Abidine Ben Ali, que había sido nombrado justo un mes antes, destituyó a Burguiba del cargo. Tras este cambio de poder, Ben Ali asumió la presidencia. La presidencia de Burguiba, que comenzó en un ambiente liberal, concluyó en un ambiente de crisis económica y financiera.
Últimos años y fallecimiento (1987-2000)
Para evitar su recuperación, sus opositores hicieron que Burguiba fuera trasladado del Palacio presidencial a una casa en Mornag y más tarde a Monastir, donde recibiría asistencia médica. Durante la década de 1990, Burguiba sufrió graves enfermedades, siendo visitado por líderes extranjeros y por el presidente Ben Ali.
El 5 de marzo de 2000, Burguiba fue trasladado al hospital militar de Túnez debido a una neumonitis. Burguiba abandonó el hospital el 13 de marzo y regresó a su casa en Monastir, donde falleció a los noventa y seis años, el 6 de abril de 2000 a las 9:50 p.m. El nuevo presidente Ben Ali declaró un duelo nacional de siete días, mientras que Argelia anunció un duelo de tres días.
Al final de la tarde, su cuerpo fue envuelto en un sudario blanco, como requería la tradición, y llevado por miembros de la Chabiba, la organización juvenil. Burguiba fue depositado en el centro de la casa familiar y envuelto en la bandera nacional tunecina. Su hijo, Habib Jr., su nuera y su hija adoptiva, Hajer, recibieron las condolencias de la ciudad de Monastir y de los funcionarios del Gobierno. Burguiba fue enterrado el 8 de abril por la tarde en su mausoleo. Después de una breve ceremonia en la mezquita Hanafi de Burguiba, su cuerpo fue transportado en un carruaje, cubierto con la bandera nacional, y acompañado por destacamentos del ejército tunecino. Entre los invitados extranjeros se encontraban el presidente francés Jacques Chirac, el argelino Abdelaziz Bouteflika, el palestino Yasser Arafat y el egipcio Hosni Mubarak. Después del entierro, el presidente Ben Ali pronunció un discurso en el que rindió homenaje a la "leal y devota lucha" de Burguiba por Túnez.
Los medios de comunicación de entonces criticaron las condiciones del funeral, sorprendidos por la brevedad de la ceremonia, los pocos invitados extranjeros y la ausencia de emisión televisiva del funeral.
El 26 de septiembre de 2012, un activista fue condenado por el Tribunal de Primera Instancia de Monastir a ocho meses de prisión por haber dañado el mausoleo de Burguiba.
Vida personal
En 1925, mientras estudiaba en París, Habib Burguiba conoció a Mathilde Lorrain, quien se convirtió en su primera esposa. Después de su regreso a Túnez, durante las vacaciones de verano, Mathilde se dio cuenta de que estaba embarazada. Habib Burguiba Jr., el único hijo de Burguiba, nació el 9 de abril de 1927 en París y en agosto del mismo año, la pareja se casó. Tras la independencia de Túnez, Mathilde obtuvo la ciudadanía tunecina y se convirtió al islam, adoptando el nombre de Moufida. La pareja se divorció el 21 de julio de 1961.
El 12 de abril de 1962, Burguiba se casó de nuevo con Wassila Ben Ammar, una mujer de la burguesía de Túnez, a quien conocía desde hacía dieciocho años. Juntos, adoptaron a una niña llamada Hajer. Con el deterioro de la salud de su esposo, Wassila fue adquiriendo un papel político cada vez más importante.
Legado
Habib Burguiba llevó a Túnez a la independencia y fundó la segunda República civil del mundo árabe, después de la del Líbano. Más tarde, participó en la construcción de un Estado-Nación en su país.
Las transformaciones sociales llevadas a cabo por Burguiba fueron muy numerosas. Hubo un proceso de urbanización, se mejoró el sistema educativo, se transformó el modelo familiar en uno más igualitario y se implementaron políticas para la emancipación de las mujeres tunecinas. El antiguo primer ministro, Mohamed Charfi, destacó el papel de Burguiba como reformador del país, junto a personalidades importantes en la historia de Túnez como Kheireddine Pacha y Tahar Haddad: "Si el subdesarrollo fuera una enfermedad, entonces Burguiba pudo hacer el diagnóstico correcto e implementar remedios efectivos".
Burguibismo
Burguiba desarrolló un estilo político propio que él mismo llamó "Burguibismo". Su doctrina se basaba en el realismo político y económico, y en la idea de que "ningún aspecto de la vida en la tierra debería escapar al poder humano de la razón".
El "Burguibismo", una variante tunecina del kemalismo, se tradujo en la afirmación de la identidad nacional tunecina, el liberalismo, un enfoque del islam controlado por el gobierno y una independencia total respecto a la política de otros países árabes. La política gradual fue una parte esencial del pensamiento de Burguiba, ya que creía que las decisiones debían basarse en posibilidades reales y no en simples aspiraciones, a diferencia de la política del "todo o nada" defendida por algunos de sus opositores.
Reformas sociales
Las reformas realizadas por el gobierno de Burguiba incluyeron, entre otras: la emancipación de la mujer, el establecimiento de la educación pública, la planificación familiar, un sistema de salud moderno y estatal, una campaña para lograr la alfabetización de la población, la organización del sistema administrativo, financiero y económico, la eliminación de la figura jurídica islámica del habous, y la construcción de una infraestructura estatal.
En cuanto a su agenda social, Burguiba defendió los derechos de las mujeres. El 13 de agosto de 1956, pocos meses después de asumir su cargo como primer ministro, Burguiba aprobó un nuevo Código Civil, inspirado en las ideas de Tahar Haddad, defensor de los derechos de las mujeres. La nueva ley se convirtió en el legado más importante de Burguiba, hasta el punto de ser aceptada por casi todos. Asimismo, Burguiba estableció importantes precedentes legales en materia de derechos de la mujer al prohibir la poligamia, permitir que las mujeres accedieran al divorcio y elevar la edad del matrimonio a los diecisiete años. Burguiba fue muy crítico con el velo y en varias ocasiones se refirió a él como "ese trapo odioso".
Durante su presidencia, el desarrollo de la educación fue una de sus principales prioridades, reformando completamente el sistema educativo. El presupuesto estatal en educación no dejó de aumentar año tras año hasta alcanzar el 32% en 1976. Las escuelas privadas se mantuvieron, pero fueron sometidas a la regulación del gobierno. Desde 1956, Burguiba comenzó a sentar las bases de la educación superior en Túnez con la creación de universidades e institutos especializados.
Estado de partido único
Burguiba, que defendía la independencia insistiendo en la madurez del pueblo tunecino, terminó juzgando que su país no estaba preparado para la democracia ni para la diversidad política e, incluso, acabó proclamándose presidente vitalicio. Para Burguiba, el pueblo no era lo "suficientemente maduro para la democracia", y, en consecuencia, la democracia sería evitada en nombre de la unidad que su proyecto implicaba. Sin embargo, una vez que se construyeron las bases de un estado moderno, Burguiba optó por imponer gradualmente un régimen con mucho poder y paternalista. Esto culminó con la declaración formal del SPD como el único partido legal en 1963.
La democracia, en el sentido occidental de la palabra, era inexistente en el país. La constitución confería al presidente amplios poderes, casi absolutos. Cuando, en una ocasión, un periodista preguntó a Burguiba sobre el sistema político de Túnez, este le respondió: "¿El sistema? ¿Qué sistema? Yo soy el sistema".
Concentración del poder
Durante su ejercicio del poder, Burguiba fue apartando sistemáticamente a todos sus aliados, quienes acabaron convirtiéndose en rivales: Abdelaziz Thâalbi y Mohieddine Klibi, del partido Destour; Salah Ben Youssef, apoyado por Nasser, y quien falleció en 1961; Tahar Ben Ammar, el garante del acta de independencia; Ahmed Mestiri, representante de la facción más liberal dentro del partido; Mahmoud El Materi, el primer presidente del Neo-Destour e, incluso, Ahmad Ben Salah, Ministro de Economía de Burguiba, y precursor de una reforma socialista de la economía con la creación de las primeras cooperativas de agricultores, destituido en 1969 y condenado a diez años de trabajos forzados en 1970.
No obstante, Burguiba fue consciente del peligro que entrañaba el estancamiento político y el 8 de junio de 1970, anunció las líneas generales de la reforma institucional que consideraba en aquel entonces. La reforma, según Burguiba, se centraba en:
"Enmiendas [que] harán que el gabinete sea responsable ante el presidente de la República, pero también ante la Asamblea Nacional que surge del voto popular. Por lo tanto, será legal que la asamblea juzgue a un ministro o a un gabinete por un voto en contra [...]. Otras modificaciones de la constitución aliviarán las responsabilidades asumidas hasta ese momento únicamente por el presidente [...] Después de quince años ejerciendo el poder, es hora de revisar la Constitución y de establecer cierta colaboración entre el Jefe de Estado, la Asamblea nacional y el pueblo".
El final del "reinado" de Burguiba estuvo marcado por disputas por el poder, el debilitamiento de la izquierda y el surgimiento de movimientos políticos religiosos.
Homenajes
Por iniciativa del Ayuntamiento de París, el 6 de abril de 2004 se inauguró una explanada con su nombre en el muelle de Orsay, en presencia del alcalde Bertrand Delanoë, del hijo de Burguiba, Habib Burguiba Jr, y de Moncer Rouissi, embajador de Túnez en Francia. Aunque en París y otras ciudades francesas, las calles llevan el nombre de lugares de Túnez, esta fue la primera vez que el nombre de una persona era designado a una calle o plaza de Francia.
En el Palacio Presidencial de Skanes, en Monastir, se ha creado un museo dedicado a Burguiba, que se inauguró el 6 de abril de 2013, con motivo del decimotercer aniversario de su fallecimiento.
El 3 de agosto de 2013, Amor Chadli creó el Institut d' études bourguibiennes para recopilar y archivar toda la documentación sobre la vida y la obra de Habib Burguiba, salvaguardar su memoria, promover su pensamiento y fomentar todas las obras académicas, artísticas y literarias que celebren su memoria.
En la noche del 14 de marzo de 2016, con motivo del 60º aniversario de la independencia, se instaló una estatua ecuestre del presidente Burguiba frente al antiguo palacio presidencial de Skanes. El 1 de abril, el ministro de Educación tunecino, Néji Jalloul, hizo un llamamiento a todos los docentes para que el 6 de abril impartieran una charla relacionada con las reformas sociales, políticas y económicas que Burguiba promovió en el país. El 1 de junio de 2016 (día en el que se conmemora su regreso del exilio en 1955) la estatua ecuestre de Burguiba regresó oficialmente a la avenida que lleva su nombre en Túnez.
Condecoraciones y distinciones
- Caballero Gran Cruz adornada con el Gran Cordón de la Orden al Mérito de la República Italiana (1962);
- Doctor honoris causa por la Universidad Cheikh-Anta-Diop de Dakar (1965);
- Doctor honoris causa por la Universidad de El Cairo (1965);
- Doctor honoris causa por la Universidad Libanesa (1965);
- Collar de la Orden del Mérito Civil de España (1968);
- Collar de la Orden de Isabel la Católica (1983).
Publicaciones
- Le Destour et la France. Ed. Berg. 1937. París: Institut des études bourguibiennes, 2014. Túnez.
- La Tunisie et la France: vingt-cinq ans de lutte pour une coopération libre. Ed. Julliard. 1954. París.
- La Tunisie de Bourguiba, entretien avec Stéphane Roger. Ed. Plon. 1958. París.
- Le Drame algérien. Ed: Publications du secrétariat d’État à l’Information. 1960. Túnez.
- La Bataille économique. Ed. Publications du secrétariat d’État à l’Information. 1962. Túnez.
- La Promotion de l’Afrique. Ed. Publications du secrétariat d’État à l’Information. 1965. Túnez.
- Miscellaneous speeches delivered between 21 May 1965 and 28 December 1967. Ed. Kitabat al-Dawlah lil-Akhbar wa-al-Irshad. 1965.
- Éducation et développement. Ed. Publications du secrétariat d’État à l’Information. 1966. Túnez.
- 9 avril 1938. Le procès Bourguiba. Ed. Centre de documentation nationale. 1970. Túnez.
- Propos et réflexions. Ed. Publications du secrétariat d’État à l’Information. 1974. Túnez.
- Ma vie, mes idées, mon combat. Ed. Publications du secrétariat d’État à l’Information. 1977. Túnez.
- Citations. Ed. Dar El Amal. 1978. Túnez.
- Articles de presse (1929-1933) (Histoire du mouvement national tunisien. documents). Ed. Dar El Amal. 1982. Túnez.
- Les Lettres du prisonnier de La Galite. Ed. Dar El Amal. 1983. Túnez.
- Ma vie, mon œuvre. Ed. Plon. 1985. París. (ISBN 978-2259015363).
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Habib Bourguiba Facts for Kids