Castillo de Llusá para niños
Datos para niños Castillo de Llusá |
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![]() Vista general del castillo (abril de 2010)
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Localización | ||
País | ![]() |
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Comunidad | ![]() |
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Provincia | ![]() |
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Localidad | Llusá | |
Datos generales | ||
Categoría | Monumento | |
Código | RI-51-0005514 | |
Declaración | 8 de noviembre de 1988 | |
Estilo | arquitectura románica | |
El Castillo medieval de Llusá es una antigua fortaleza que dio nombre a la región del Llusanés. Durante la Edad Media, fue el centro de una importante baronía, un territorio gobernado por un barón. Se encuentra en la cima de una colina, muy cerca del pueblo de Llusá y justo encima del monasterio de Santa María de Llusá. Junto al castillo, hay una capilla circular dedicada a San Vicente, que se conserva muy bien.
Contenido
Historia del Castillo de Llusá
El Castillo de Llusá aparece por primera vez en documentos del año 905. Esto fue durante la ceremonia de inauguración de la iglesia de Santa María de Llusá.
Los primeros señores del castillo
La familia Llusá fue muy importante en la zona. Eran como "socios" de los condes de Barcelona, quienes eran los gobernantes principales. Los condes les pedían juramentos de lealtad a los Llusá, que eran sus representantes en la región.
Un ejemplo de esto es cuando Ramón Borrell, un conde de Barcelona, le dio el castillo de Llusá a su esposa Ermesenda de Carcasona como parte de su regalo de bodas. Más tarde, entre los años 1018 y 1023, la condesa Ermesenda le entregó el castillo al conde Wifredo de Cerdaña. Esto ocurrió durante algunas diferencias que la condesa tuvo con su hijo Berenguer Ramón I. La situación se calmó en 1023, cuando la condesa le dio varios castillos, incluyendo el de Llusá, como garantía de paz.
En 1107, el castillo volvió a ser parte de un acuerdo matrimonial. Ramón Berenguer III se lo dio al conde Bernat III de Besalú como regalo de bodas para su hija. Como no tuvieron hijos, el castillo regresó a ser propiedad de la Corona.
La familia Llusá y sus alianzas
El primer miembro conocido de la familia Llusá fue Sunifredo de Llusá, quien falleció en 988. Entre 1063 y 1076, Guisado II de Llusá juró lealtad al conde Berenguer I por los castillos de Llusá y Merlés.
Un miembro destacado de la familia fue Berenguer Sunifredo de Llusá, quien llegó a ser obispo de Vich y arzobispo de Tarragona. Gracias a él, la familia Llusá recibió más tierras y poder. Su hermana, Guisla de Llusá, se casó con Berenguer Ramón I, conde de Barcelona, y luego con Udalardo II, vizconde de Barcelona.
Conflictos y cambios de dueños
Después de un tiempo de crecimiento, comenzaron los problemas entre los señores, los reyes y la familia Llusá. En 1180, un tribunal decidió que Pedro de Llusá debía ceder el control de los castillos de Llusá y Merlés al rey Pedro el Católico. Más tarde, Ramón de Llusá entregó el control de estos castillos al rey Jaime I para siempre.
La familia Llusá se extinguió con Elisenda de Llusá. Ella se casó en 1256 con Bernardo, señor del castillo de Saportella. A partir de este matrimonio, comenzaron nuevos conflictos por el control del Castillo de Llusá. Los obispos de Vich le exigieron a Bernardo que les jurara lealtad en 1265. Él no aceptó hasta 1272, pero las relaciones con el obispado de Vich empeoraron de nuevo en 1278.
También hubo problemas con el rey Jaime I, quien, después de un gran conflicto, lo sometió y lo perdonó. Más tarde, en 1278, el rey Pedro el Grande ordenó que se atacara el castillo. Fue tomado y destruido en marzo de 1279, y se le encargó a Guillem de Moliner. En 1286, Alfonso el Franco permitió a Bernat Guillem de Saportella recuperar el castillo de Llusá. Jaime II le dio permiso para administrar justicia y restaurar los castillos.
El castillo bajo nuevas familias
En el siglo XIV, el castillo pasó a la familia Fenollet, que luego vendió la baronía de Llusá a los Pinós. Después, la baronía fue de la familia Peguera. En este tiempo, las malas relaciones entre los dueños del castillo y la gente de Llusá hicieron que estos últimos prefirieran depender directamente del rey.
Esto no ocurrió hasta finales del siglo XV. El castillo fue destruido durante la guerra civil de remensa, un conflicto social. Después de esto, la baronía pasó a ser parte de la Corona, y en 1491 se creó una nueva división administrativa llamada sub-veguería del Llusanés.
Antes de 1579, la familia Pinós le compró al rey la baronía y el derecho a gobernar Llusá. Pero en 1596, la baronía fue vendida a la familia Agulló, quienes a su vez la vendieron al rey en 1511. Así, el Castillo de Llusá se unió definitivamente a la Corona.
El castillo de Llusá era la residencia principal de los señores, por lo que no tuvo un encargado fijo conocido.
Arquitectura del Castillo
Hoy en día, del castillo solo quedan un muro en el lado norte y dos habitaciones en el lado sur. También se conservan otros muros muy fragmentados. Esto nos hace pensar que el castillo tenía una forma casi triangular, adaptándose al terreno. En la parte suroeste, probablemente había una torre redonda, de la que solo quedan pequeños restos de su base.
El muro norte aún tiene la altura de dos pisos. Allí se pueden ver los restos de una ventana doble, a la que le falta la columna central. Las dos habitaciones del lado sur son rectangulares, aunque la más pequeña es casi cuadrada. La habitación más grande tenía un techo en forma de bóveda de cañón, que ahora está derrumbado. Se pueden ver dos puertas con arcos de medio punto que daban al patio del castillo, y también los restos de cuatro ventanas. La habitación más pequeña parece haber sido una cisterna (un depósito de agua), ya que se entraba por el techo y sus paredes están cubiertas de yeso.
Todas estas partes del castillo están construidas con piedra arenisca. Las piedras son regulares y están colocadas en filas uniformes, unidas con mortero de cal. La bóveda se hizo con losas de piedra colocadas de canto y unidas con hormigón de cal. Este tipo de construcción es muy parecido al de la parte superior de la iglesia de San Vicente. Por eso, se cree que el castillo fue construido en el siglo XII. Las ampliaciones en la parte noreste podrían ser de los siglos XII y XIV.
Iglesia de San Vicente del Castillo
La iglesia de San Vicente está en el lado noreste de la colina, sobre una roca al pie del castillo. Se menciona en documentos antiguos, como los testamentos de los señores del castillo: Sunifredo I (año 988) y Guisad I de Llusá (año 1006). A partir de 1236, había un sacerdote encargado de los servicios religiosos. Sin embargo, desde el siglo XV, la iglesia empezó a perder importancia. En 1685, ya no se celebraban misas allí, y sus funciones se trasladaron a la iglesia de Santa María.
La iglesia tiene una forma circular, lo cual es muy raro, ya que quedan muy pocas iglesias completas con esta forma en Cataluña. Su techo es una cúpula perfecta. Tiene una pequeña entrada hacia el oeste con un arco de medio punto, y un ábside (la parte semicircular del altar) hacia el este. Cerca del ábside, hay dos ventanas que se abren hacia adentro y hacia afuera.
Sus medidas son: seis metros y medio de diámetro y una altura de cinco metros en el centro. De largo (desde la entrada hasta el fondo) mide ocho metros y medio. Un poco más arriba de la mitad de la altura de la parte circular, hay un cambio en la forma en que están colocadas las piedras. Las piedras son más grandes y están puestas de forma diferente. Hay distintas opiniones sobre si esto significa que se construyó en dos épocas diferentes o si fue una reanudación de la obra. Se cree que fue construida a finales del siglo XI o en la primera mitad del siglo XII.
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