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Acuerdo Bérard-Jordana para niños

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El Acuerdo Bérard-Jordana fue un pacto importante que se firmó el 25 de febrero de 1939. Lo hicieron el gobierno de Francia y el gobierno español liderado por Francisco Franco en la ciudad de Burgos. Esto ocurrió pocas semanas antes de que terminara un gran conflicto en España.

Este acuerdo era una declaración oficial de buena relación entre Francia y España. Pero también tenía un pacto secreto: Francia prometía reconocer al gobierno de Francisco Franco como el gobierno legítimo de España. A cambio, el gobierno español prometía mantenerse neutral, es decir, no tomar partido en futuros conflictos internacionales.

¿Por qué fue necesario este acuerdo?

El conflicto en España y la situación de Francia

El conflicto en España había comenzado el 17 de julio de 1936. Aunque el gobierno francés de ese momento, liderado por Léon Blum, sentía simpatía por el gobierno español, Francia decidió no intervenir directamente en la lucha. Más tarde, en marzo de 1938, Édouard Daladier se convirtió en primer ministro de Francia, y la postura neutral de Francia se mantuvo.

Sin embargo, a finales de diciembre de 1938, las fuerzas de Francisco Franco lanzaron una gran ofensiva en Cataluña. En pocas semanas, estas fuerzas lograron controlar toda la región, lo que significó que la frontera entre Francia y España en los Pirineos quedó bajo su control.

Después de esta victoria, el gobierno español de ese momento solo controlaba una pequeña parte del sureste del país. Esta zona estaba rodeada por fuerzas enemigas y el mar Mediterráneo, lo que la ponía en una situación muy difícil. Los gobiernos de Francia y Gran Bretaña se dieron cuenta de que la victoria de las fuerzas de Francisco Franco era inevitable.

La llegada de refugiados y la preocupación francesa

Con el avance de las fuerzas de Francisco Franco en Cataluña y la toma de Barcelona el 26 de enero, Francia tuvo que recibir a casi 400,000 civiles españoles como refugiados en la zona de los Pirineos. Muchos líderes políticos y militares del gobierno español de ese momento estaban entre estos refugiados. La gran victoria de las fuerzas de Francisco Franco en Cataluña hacía casi imposible pensar en una solución militar para el gobierno español.

El gobierno francés de Daladier decidió entonces que lo mejor para Francia era que España se mantuviera neutral. Esperaban que, al reconocer al gobierno de Francisco Franco, este no se uniera a alianzas con Alemania o Italia en contra de Francia. Para lograr esto, el ministro de Asuntos Exteriores francés, Georges Bonnet, eligió al senador Léon Bérard el 2 de febrero de 1939 para hablar con el gobierno de Francisco Franco.

Bérard cruzó la frontera española al día siguiente y llegó a Burgos, que era la capital de las fuerzas de Francisco Franco, el 5 de febrero. Llevaba la solicitud oficial de Francia para iniciar conversaciones diplomáticas.

Negociaciones del acuerdo

Primeras conversaciones y exigencias

Francisco Franco había nombrado al conde Francisco Gómez-Jordana como su representante. Bérard se reunió con Jordana el mismo 5 de febrero y le propuso que Francia reconociera a Franco como gobernante de facto (es decir, que estaba en el poder). Pero Jordana le dijo que las fuerzas de Francisco Franco solo aceptarían un reconocimiento de iure (legal y oficial), lo que significaba que Francia debía dejar de reconocer al gobierno español anterior.

Bérard también expresó la preocupación de Francia por la presencia de soldados alemanes e italianos en España. Jordana respondió que esas tropas estarían allí solo temporalmente y que el gobierno de Franco no permitiría bases militares de Alemania o Italia en suelo español.

El 10 de febrero, el gobierno francés fue informado de que el gobierno británico de Neville Chamberlain estaba dispuesto a reconocer diplomáticamente a Franco como el gobierno legítimo de España sin condiciones. Esto se debía a que la victoria final de las fuerzas de Francisco Franco parecía irreversible, y el Reino Unido necesitaría tener relaciones con su gobierno.

Para esa fecha, Bérard ya había regresado a Francia y recibió nuevas instrucciones: Francia aceptaría reconocer oficialmente al gobierno de Franco y todas sus demandas, esperando que las fuerzas de Francisco Franco aseguraran la futura neutralidad española frente a Alemania e Italia.

Demandas españolas y la neutralidad

El 18 de febrero, Bérard se reunió de nuevo con el conde Jordana en Burgos. Allí, Jordana dijo que el gobierno de Francisco Franco exigía a Francia la entrega incondicional de todos los bienes que el gobierno español anterior había llevado a Francia, incluyendo las armas. Esta era una condición para llegar a acuerdos diplomáticos. Otra exigencia era que Francia debía entregar a las autoridades españolas todos los barcos o aviones del gobierno español anterior que llegaran a territorios franceses.

Al mismo tiempo, el conde Jordana dijo que las fuerzas de Francisco Franco se negaban a ayudar económicamente para el mantenimiento de los refugiados españoles en Francia. También rechazó cualquier intento de Francia de usar el dinero español bajo su custodia para esos fines. Luego, Jordana manifestó que Francia y España deberían comprometerse mutuamente a impedir las actividades de grupos armados que pudieran afectar la seguridad de ambos países.

Mientras que el gobierno francés pensaba que este punto evitaría que España permitiera bases militares alemanas o italianas, el gobierno de Francisco Franco lo formuló pensando en los refugiados que intentaran regresar a España para iniciar una lucha contra el nuevo gobierno. Sin embargo, las fuerzas de Francisco Franco se negaron a firmar un acuerdo escrito con Francia sobre la neutralidad española. Jordana solo dio a Bérard algunas garantías verbales de Franco al respecto.

Temores de Francia y la decisión final

Alemania ya había tomado Austria en marzo de 1938 y partes de Checoslovaquia en septiembre del mismo año. Por eso, el gobierno francés de Daladier temía que Franco aceptara la permanencia de tropas alemanas o italianas en España, que tenía una frontera de 600 kilómetros al sur de los Pirineos. La desconfianza francesa hacia Alemania e Italia se mezclaba con la política de "apaciguamiento" que Francia seguía junto con el Reino Unido, confiando en que ceder a las presiones era la única forma de evitar una guerra.

Casi todos los líderes políticos franceses estaban muy preocupados por la posibilidad de una alianza militar entre España y Alemania/Italia. Pero confiaban en que un trato favorable por parte de franceses y británicos evitaría que Franco diera ese paso. La élite política de Francia creía que Franco necesitaba urgentemente dinero francés y británico para reconstruir la economía española, muy dañada después de más de 30 meses de conflicto. Pensaban que a Francia le convenía dar ese apoyo para alejar a España de la influencia alemana e italiana.

Además, como el Reino Unido estaba dispuesto a reconocer incondicionalmente al gobierno de Francisco Franco con o sin el apoyo francés, Daladier y Bonnet decidieron hacer lo mismo y no presionar a Franco sobre el tema de la neutralidad. Considerando todo esto, y siguiendo las instrucciones recibidas, Léon Bérard aceptó todas las demandas expresadas por el conde Jordana en nombre de Franco. El 19 de febrero, Bérard terminó sus reuniones con Jordana y regresó a Francia para informar personalmente al gobierno de Daladier.

A cambio de que Francia aceptara por completo las exigencias del gobierno de Francisco Franco, la única concesión de este fue que aceptaría un embajador francés en Burgos. Entre el 23 y el 25 de febrero, Bérard y Jordana se reunieron por tercera vez. El enviado francés reiteró que su gobierno aceptaba sin condiciones todas las demandas de las fuerzas de Francisco Franco, y se ultimaron los detalles de la declaración final, fechada el mismo día 25.

¿Qué pasó después del acuerdo?

El 27 de febrero, el gobierno francés informó públicamente sobre el Acuerdo Bérard-Jordana. El mismo día, el gobierno del Reino Unido reconoció a Franco como gobernante de España. Esto eliminó los últimos lazos diplomáticos del gobierno español anterior con los gobiernos de las potencias europeas. Este evento hizo que los líderes militares del gobierno español de ese momento sintieran que el conflicto estaba perdido sin remedio.

Cuando el 5 de marzo hubo un cambio de gobierno dentro de la España que aún resistía, los marineros de la flota de guerra de ese gobierno llevaron sus barcos a Túnez, que en ese momento era una colonia de Francia. Allí se presentaron como refugiados ante las autoridades francesas. Precisamente, gracias al Acuerdo Bérard-Jordana, los barcos fueron entregados por el gobierno francés a las fuerzas de Francisco Franco después de unas semanas.

El 2 de marzo de 1939, Édouard Daladier nombró al mariscal Philippe Pétain como embajador francés ante el gobierno de Francisco Franco en Burgos. Esta decisión se explicó porque Pétain había participado en acuerdos de cooperación de Francia con las autoridades militares españolas en 1925. Además, Pétain aún conservaba su prestigio entre los militares españoles, y su simpatía personal hacia la derecha francesa eliminaba cualquier posible objeción de Francisco Franco a su nombramiento. Pétain llegó a España el 16 de marzo de 1939 y se instaló como embajador en San Sebastián, hasta que la sede diplomática francesa se trasladó a Madrid en octubre del mismo año.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Bérard-Jordana Agreement Facts for Kids

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Acuerdo Bérard-Jordana para Niños. Enciclopedia Kiddle.